21 de Diciembre 2004

Leyendas de andar por casa

Las leyendas urbanas ya no son lo que eran. Atrás ha quedado la inocencia del conductor que recoge a una abuelita autoestopista (¿o era al revés?) que después resulta ser una asesina en serie. O la niña fantasmal, también autoestopista, que anuncia a los camioneros que la recogen que morirán en la próxima curva de la carretera, precisamente la misma donde murió ella junto a toda su familia tiempo atrás. Y muchísimo más atras ha quedado el Arca de Noé, ya puestos. Las leyendas que brotan en la actualidad son igual de morbosas, pero con un tipo diferente (dejémoslo en diferente) de morbo.

Alejandro Sanz ingresó en un hospital con un desgarramiento anal considerable, aunque maquilló la visita a urgencias con alguna otra chorrada. O eso se decía. Posiblemente no sea más que una ficción, sobre todo porque historias como esa las hay a miles. Ahora mismo me viene a la cabeza la de la pareja gay que gustaba de introducir a su mascota, un hámster, allí donde el sol no brilla. En una ocasión el hamster no quiso salir, así que acercaron un mechero al tubo de entrada para que el animalito se guiara por la luz. La llama prendió una bolsa de gases que a su vez prendió al hamster, que a su vez prendió una segunda bolsa más profunda de gases intestinales. El resultado fue un hamster balístico que salió disparado por el tubo y golpeó en la cara al amigo del mechero. Por internet circulaba un informe médico (creo que todavía lo tengo guardado) que incluía quemaduras rectales y narices rotas y, suponiendo que sea ficticio, es una obra de arte. Y ahí es justamente donde quiero llegar: ¿tan difícil era que Alejandrito hiciera público el informe médico del hospital para acallar los rumores? Tal vez sea que la discográfica de turno se decidió por aquello de "bueno es que hablen de uno, aunque sea mal" y todo sea por vender cuatro discos más. O tal vez sea que el informe del supuesto culo partío fuera a ser más aburrido de leer que otra cosa.

No hace tanto saltó también la leyenda de Ricky Martin en Sorpresa, sorpresa. Al parecer unos padres solicitaron la colaboración del programa televisivo para dar un buen regalo de cumpleaños a su hijita adolescente: el programa consiguió -o eso se decía- que el mismísimo Ricky se presentara en casa para cantar una canción en vivo a la joven, que en ese momento estaba en su habitación haciendo los deberes. Ricky subía las escaleras seguido por las cámaras del programa, dispuestas a inmortalizar la emoción de la criatura al ver entrar a su ídolo. Pero lo que inmortalizaron fue a la chavala desnuda en la cama, con las piernas abiertas y un bote de mermelada en la mano, mientras su perrito Bobby le procuraba un tipo diferente (dejémoslo en diferente) de emoción a lametones. Algunas versiones decían que era paté en lugar de mermelada, o que Ricky estaba escondido en el armario mientras la joven jugaba con su perro. Pero, por extraño que parezca en un programa que tenía tanta audiencia, nadie ha sido capaz de confirmar o desmentir sin lugar a dudas la existencia de esas imágenes. Un amigo de una amiga me juró en una fiesta que él había visto el programa y que la historia era cierta. Y para colmo no cuadraba con mi teoría de la leyenda falsa que se deja correr para obtener beneficios, con lo bonita y conspiranoica que me había quedado, porque una reemisión del programa (aunque solamente sirviera para desmentir los rumores) habría tenido un pico de audiencia estupendo. ¿Por qué no hacerla, entonces?

Al final, no se trata de fe. No se trata de creer o no que algo ocurriera de verdad. Pero sí es cuestión de calidad. No creo que Alejandro Sanz sufriera un desgarro anal tan bestia como para requerir servicios médicos (igual que no me creo la historia del hámster, sólo que es mucho mejor). Supongo que, incluso si tiene sus secretillos, irá con cuidado y utilizará vaselina de la mejor calidad. Además, la historia es demasiado... esto... "causal". Salta la noticia de su visita al hospital y, ¡pum!, al día siguiente empiezan a llegar e-mails con el supuesto desgarro. En una escala de calidad del uno al diez no pasa del dos. Pero la de Ricky es otra cosa. Tampoco es que me la crea (al fin y al cabo, todo el mundo parece tener clarísimo que es falsa), pero si se trata de una invención, entonces es una invención muy bien planeada y ejecutada. No había causalidad, no venía a cuento de nada. No beneficiaba a nadie. Pero tenemos algo en el cerebro que desea que una historia como esa sea cierta. Eso es calidad.
 

Enviado por Manu, 21 de Diciembre 2004 a las 04:30 AM

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Comentarios

te puedes creer que he puesto "leyendas castellon" en el google para mirar una cosa de Tombatossals y me ha salido tu blog?????
increible,ya lo comentaremos en la realidad real
(que gran termino!!!!!)
puedes probar a mandarme un mail y uno desde la elite a ver si ya me va bien????

Enviado por: Javi Moragon, 22 de Noviembre 2005 a las 03:03 PM
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