11 de Enero 2005

La mala educación

Hace unos meses decidí que mi futuro económico pasaba por el intrusismo y la traducción profesional de videojuegos. Trabajaba pocas horas en la academia y pensé que podía ser un extra jugosillo y fácil de conseguir. Una empresa española estaba buscando traductores, así que les envié mi currículum por e-mail y solicité una prueba de traducción para ver si sonaba la campana. Fueron extremadamente solícitos en su respuesta: dinos cuándo te viene bien traducir 1181 palabras y calcula unas tres horas para no tener agobios. De acuerdo, tíos, tal día a las 10 de la mañana me va bien.

Para entonces, mis horas en la academia se habían incrementado considerablemente (siempre sin pasar de la media jornada, por supuesto), pero decidí que traducir no me exigía mucho esfuerzo e hice la prueba de todas formas. El formulario que me enviaron contenía vocabulario de muchos géneros, desde la fantasía heróica hasta el cyberpunk pasando por el tuneado de coches y el baloncesto. En tres horas lo dejé casi listo (a falta de un par de palabras como MG Soldier) y lo envié. A vuelta de correo electrónico, me decían que ni siquiera iban a mirarlo: que lo terminara tranquilamente. Coño, qué educados. Vale. Obtuve la información que me faltaba (MG Soldier significa MachineGun Soldier, tendría que haberlo pensado antes) y completé la prueba.

Y entonces el flujo de e-mails, que se había mantenido a buen ritmo desde mi primer contacto con la empresa en cuestión, se interrumpió de repente. Dejé pasar unos días y, como estaba muy ocupado con otras cosas, casi me olvidé del asunto. Por suerte el Doctor Maldad me preguntaba de vez en cuando por el tema, ya que de lo contrario, conociéndome, me habría olvidado del todo. Hace un par de semanas (un mes después de la prueba) escribí un e-mail bastante educado preguntando por lo mío, solicitando una respuesta aunque fuera a ser negativa. Silencio absoluto al otro lado del cable de fibra óptica. Pero a veces los silencios son bastante explícitos. Este, en concreto, me disuadió de seguir insistiendo, que uno tiene su dignidad, y me llevó a concluir que las posibilidades eran: (1) Malpensando un poco, que la empresa en cuestión se dedica a estafar a los pobres aspirantes a traductor y utiliza las pruebas de traducción para rellenar los huecos difíciles que se les quedan al hacer su trabajo. (Esta versión puede sonar conspiranoica, pero se apoya en el hecho de que la página web de la empresa está vacía.) O bien (2) que son unos maleducados del copón y no responden a las solicitudes rechazadas. Tengo entendido que no es una práctica nada extraña, pero sigue chocándome que las personas (sean físicas o jurídicas) no tengan cojones a decirme que no a la cara. Me desagrada un poco menos si es por vagancia que si es por cobardía, pero me sigue desagradando.

Obviamente la primera opción es peor que la segunda, por aquello del "encima de cornudo, apaleado", pero de todas formas cualquiera de las dos me lleva a la misma conclusión: que les den bien dados. Y perdón si suena maleducado, claro.
 

Enviado por Manu, 11 de Enero 2005 a las 04:35 PM

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Comentarios

Yo que tu me quedaría con la primera opción. El mundo de la traducción está muy... viciado. Amos, que te puede pasar de todo y más.

Enviado por: Francesita, 11 de Enero 2005 a las 05:22 PM

Coincido con Francesita, muchos conferenciantes (profesionales de la traducción) nos han comentado que muchas empresas hacen pruebas a aspirantes que luego ni pagan ni vuelven a contactar con ellos.
Por esta razón no me gusta eso de trabajar como autónomo, it's a jungle out there. Ser asalariado implica cobrar mucho menos, sí, pero al menos tienes un mínimo de seguridad. Hoy en día te pueden echar cuando quieran (sólo los funcionarios con plaza fija se salvan), pero es más seguro que intentar equilibrar la balanza entre el trabajar demasiado o demasiado poco conlleva ser autónomo.

De todas formas, estas estafas se suelen dar con textos completos, no con extractos de dificultades sueltas. Igual les has solucionado sus dudas o algo, como tú dices: en ese caso, deberías estar orgulloso de saber más que ellos (lo malo es que no cobras y les salvas de un apuro). Poca seriedad de empresa, que se fía de lo que le mande un desconocido (que puede resultar que sabe lo que hace o no).

Lo siento, oye.

Enviado por: Veti, 11 de Enero 2005 a las 06:00 PM

Hombre, no es muy normal que las empresas se dediquen a estafar a posibles colaboradores. Pero claro, que no sea normal no significa que no pase nunca.

De todos modos, el hecho que una empresa pretenda cubrir un puesto especializado con alguien sin la formación necesaria, induce a pensar que no es una empresa seria.

Lo normal seria que, antes de mandar hacer ninguna prueba, pidieran currículums.

Enviado por: traductor, 15 de Enero 2005 a las 11:22 PM

Hombre, normal no es, pero frecuente...

Enviado por: Francesita, 15 de Enero 2005 a las 11:45 PM

El tema está en que hay que hacer pagar las pruebas.

Que te piden una prueba de traducción de 3 hojas: vale, sin problema, pero vale tanto.

Así te ahorras muchas sorpresas.

Enviado por: traductor, 16 de Enero 2005 a las 05:33 PM

Hola, he dado con tu post y me hace gracias lo de la prueba... yo hice una prueba no hace mucho para uno de los mayores desarrolladores de juegos de rol del mundo (no desvelo datos, si quieres escríbeme y te lo cuento) y parece que coincide por los temas que comentas. Me ha dado la sensación de que la empresa para la que hiciste la prueba es española, aunque de todos modos estoy segura de que no es la misma porque para llegar a esta que te comento tuve que pasar por muchas otras fases... Lo que me da que pensar que le "tomaron prestada" la prueba a uno de los grandes los muy chapuceros...

Cuidado que las pruebas las deberían pagar. Es mi consejo :)

Enviado por: Anonymous, 17 de Agosto 2006 a las 10:32 PM
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