5 de Noviembre 2008

Pues me siguen dando dentera

Vaya por delante que no puedo alegrarme más de que George W. Bush vaya a hacer las maletas el 20 de enero y salir de la Casa Blanca con una metafórica patada en el culo que muchos habríamos querido real y bien sonora. Vaya también por delante que, dentro del mierda-caliente-o-mierda-fría que empapa la política bipartidista, me alegro de que el presidente número 44 de Estados Unidos sea negro. Aunque en realidad, Historia con mayúscula aparte, me alegro más de que no sea republicano: de esta forma no me veo obligado a reducir este texto a un simple "esos tíos son gilipollas de remate". Es momento de alegría (o al menos de alivio) global, y el menda lerenda, trabajando al ordenador con Gabilondo de fondo, ha levantado un puño al aire como el que más. De hecho, hasta le ha entrado un escalofrío al pensar en la cantidad de humanos que estarían haciendo lo mismo, igual de satisfechos o más, en el mismo momento. Pocas veces tenemos el gusto de alegrarnos muchos a la vez en este cacho de roca.

Durante la campaña hemos sido aporreados sin piedad con datos sobre los competidores por la presidencia. Ahora mismo conozco más detalles de la vida privada de Barack Hussein que de la de Zapatero (y seguro que eso es síntoma de algo), pero es normal que los medios de comunicación se hayan centrado en los candidatos. Entre las piezas de informativo y los artículos de prensa, sin embargo, había algunos que trataban otros aspectos de las elecciones. Las encuestas en la calle, la gente diciendo que todo el planeta debería haber votado hoy. Los reportajes sobre el sistema electoral estadounidense, clónicos en todas las cadenas. Eran los mismos vídeos de siempre, los que nos explicaban de nuevo que cada estado norteamericano va más o menos a su aire, que los sistemas para depositar la papeleta son dudosos como mínimo, que hay que apuntarse por anticipado para recibir el derecho a votar... Curiosos, pero repetitivos.

papeleta_florida.gif

Repetitivos lo son con ganas. Es cierto que volveremos a ver algo similar dentro de cuatro años, y dentro de ocho. Lo que me sorprende es la parte de "curiosos". Y me da cierto repelús que, informativo tras informativo, los reportajes sobre la forma de elegir presidente esté enfocada como una simple anécdota. Ja, ja, mirad qué lerdos son; nosotros lo tenemos mejor montado. Pero de los distintos estados con leyes graciosas, de esos estrafalarios ingenios mecánicos para votar que fallan como escopetas de feria, de que Joe el fontanero se tenga que acordar de registrarse, depende en buena medida el destino del planeta entero. Así que sí, cierto, todos deberíamos haber podido votar en las elecciones de esta noche. Pero no solo eso.

Hace cuatro años Bush no ganó unas elecciones dignas de ese nombre, y aun así se convirtió en presidente. Su hermanito, gobernador de Florida, había eliminado a miles de votantes negros, hispanos y demócratas de los censos electorales con artimañas casi legales. E, inexplicablemente, se dejó por contar buenos porcentajes de votos en los condados con muchos negros. Como resultado, Bush se llevó la representación del estado sin la cual no habría sido presidente estos últimos cuatro años. Para colmo, terminó legitimándolo un tribunal porque la situación estaba tan llena de mierda que era mejor cualquier presidente que seguir como se estaba. Y esto es lo gordo, lo que termina sabiéndose. Ni imaginarme quiero las miles de pequeñas triquiñuelas y abusos locales que se cuelan bajo el radar. Pero la prensa, en general, se empeña en seguir quitándole hierro al asunto con sus reportajes desenfadados. Y los demás países, al menos que yo sepa, no hacen ninguna presión para eliminar al menos la soplapollez de tener que registrarse para poder votar. Porque claro, a ver quién le discute algo al jefe en voz alta.

Barack Hussein ya me ha dado una alegría esta noche, y si él y Bush escenificaran el 20 de enero la patada en el culo posiblemente eyacularía y todo. Pero no conseguirá que me quede un poco más tranquilo hasta que esos tíos del otro lado del charcho planten los codos en la mesa de una vez y organicen un sistema de representación en condiciones, resistente a los problemas mecánicos y a los caprichos de caciques y también, si no es mucho pedir, que sea menos permeable al poder económico. La política exterior puede esperar unos meses, en serio. Que barrer de puertas afuera ya lo han hecho bastante, y todos sabemos las escobas que se gastan.
 

Enviado por Manu, 5 de Noviembre 2008 a las 05:51 AM

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Comentarios

Ehm... si confieso que me he enterado de la victoria de Obama esta mañana durante el café con mis compas de trabajo, y sólo porque he oído hablar a dos del tema por casualidad, ¿se nota mucho que paso olímpicamente del panorama político mundial?

Doctor, ¿es grave?

Enviado por: agente_naranja, 6 de Noviembre 2008 a las 02:28 AM

Me temo que hay algunas movidas de las elecciones norteamericanas que no son fáciles de arreglar: el hecho del registro para votar, por ejemplo, no tiene fácil remedio. Allí no es obligatorio censarse, ni tener un DNI (que, de hecho, no existe), y si uno se pone a ello puede ser casi invisible para las administraciones... Es la única forma de evitar que uno vote veinte veces. En cualquier caso, yo también creo que habría que meterle mano al sistema electoral de allí.

Enviado por: Santo, 6 de Noviembre 2008 a las 02:20 PM

Hombre, pero seguro que los impuestos sí que se los recaudan a todo el mundo sin que tengan que apuntarse :-) Pues hala, toda la gente con número de seguridad social está automáticamente registrado. Algo hemos hecho, ¿no?

Enviado por: Manu, 7 de Noviembre 2008 a las 06:04 AM

Pues no sabría decirte yo el tema del número de la seguridad social cómo va, habida cuenta de que allí o tienes seguro privado o te mueres de un resfriado en la puerta de un hospital... :P

Enviado por: Santo, 7 de Noviembre 2008 a las 04:47 PM
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