La tradición manda (y manda pero mucho) que estas fiestas sean casi una apología de la familia, delito que debería estar tipificado en el código penal aunque sea solamente por las burradas que algunos descerebrados llegan a decir en su nombre. Es una celebración sobre la que no consigo definirme: tiene argumentos a favor (buen rollo generalizado) y en contra (consumismo, también generalizado), pero ninguno se impone de manera clara sobre los demás. Me pasa como con la democracia, que cuando intento definirme al respecto solamente me sale un "podría ser peor".
No es que tenga una familia horrible, pero tampoco es bueno para la salud mental pasar demasiadas horas escuchando las mismas historias sobre lo que yo hacía de crío y lo bien que distinguía los colores. Por suerte, todavía se puede evitar la saturación familiar. En nochebuena, después de cenar en casa de una abuela y visitar a la otra, tengo una tercera tradición establecida. Con el estómago lleno, robo una botella de cualquier bebida espumosa y la llevo a cierto pub de Castellón cuyo piso de arriba se convierte, una noche al año, en zona franca. La botella se reúne allí con muchas otras traídas por individuos de la peor calaña y, al cabo de poco tiempo, es abandonada en favor de los cubatas cuando el sistema digestivo decide que una sobredosis de cava no es lo más conveniente después de una cena copiosa. En otras palabras, ya que no hay vida después de la muerte, al menos hay fiesta después de la familia.
Lo que me preocupa un poco es que, cada vez más, esto va a menos. Es la versión extendida del mismo sentimiento adolescente de "todos se echan novia y la pandilla se va a la mierda", pero con 26 años. Belén está casada y casi fuera de combate. Un día de estos se casa Oriol. Aunque ninguno de los dos lo haga por las razones establecidas ("te amo, te amaré siempre y tú chupa que yo te aviso"), el hecho es que acaban de fundar sus respectivas familias, y quieran o no, se verán condicionados por ello. La tradición es más poderosa que la ley. Por si fuera poco, Mónica (una mujer con la que Susana y yo solíamos pedir litros de cubata y tres pajitas para acabarlos del tirón) está embarazada, concepto que añade una nueva dimensión a mi angustia adolescente. La cosa va a más. Cupido arrasa.
De lo que deduzco que mi postura sobre la navidad cambiará a peor a medida que pasen los años y cada vez haya menos botellas de sidra en el altillo del pub. Y no será culpa de Santa, sino de Cupido. Cada año me doy más cuenta de que corro el riesgo de acabar convertido en el Espíritu de las Navidades Futuras, el que vuelve atrás en el tiempo botella en mano para avisarse a sí mismo del riesgo que corre su navidad y su cordura. Debería tomar medidas al respecto ahora y empezar a romper parejas a la voz de ya, conseguir munición y apedrear a ese angelito gordo, pero soy consciente de que esto no es más que cierto miedo a la soledad, otro de tantos temas recurrentes en estas fechas que (supongo) olvidaré después de reyes. Creo que, por enésimo año consecutivo, lo dejaré pasar. Pero el próximo no te escapas, alitas.
Mmmmmm...¿¿y si pruebas a tirar una flecha al aire, esperar a ver si le cae en el culo a Cupido y que se vengue de ti??
Si, el amor es una mierda rompeamistades y muchas otras cosas....
VERO
PD:Si decides hacer lo de la flecha, procura que por lo menos se le clave fuerte..
Enviado por: Demoniavbh, 24 de Diciembre 2003 a las 02:48 PMLos que tenemos novia lo vemos de otra manera. :P
...Y feliz Navidad... :)
Enviado por: Antonio Santo, 24 de Diciembre 2003 a las 07:26 PMLos que no tenemos novia tb lo vemos de otra manera... ¡sniff!
Enviado por: Lord Vetinari II, 28 de Diciembre 2003 a las 06:03 PMme estoy metiendo en esto por que yo tengo la curiosodad de saber quien cupido y entonses yo quiero saber si en verdad cupido existio quiero saber todo sobre el, quiero tener un tema sobre toda la vida de el gracias.
Enviado por: catherine doodnatuh, 29 de Mayo 2005 a las 08:17 PM