(O: Los putos tolkienianos. Fiesta.)
Volviendo con las opiniones polémicas, no sé si se iba a montar más gorda si me pusiera a largar sobre la jugada maestra de Otegi en las elecciones de Euskadi para esquivar la Ley de Partidos o si hablo de lo que finalmente va a caer. Tal y como las gastan por aquí, no lo tengo nada claro. El caso es que emitieron por el Plus un reportaje sobre la Sociedad Tolkien Española el otro día. No está mal que los frikis salgan por la tele, que se normalice un poco la fantasía y que se pueda hacer chistes sobre la orientación sexual de los elfos para el gran público (aunque todavía no sé cuántos hobbits hacen falta para cambiar una bombilla). Pero o bien el Plus sacó solamente lo mejorcito de cada casa o es que los fans de Tolkien exageran su frikismo una pizca demasiado. Con todo el cariño, ojo.
El caso es que, no sé por qué, el reportaje me pareció un poco orientado al espectáculo: "miren, miren de lo que es capaz la gente". Freak show, y nunca mejor dicho. Gente protestando de que sus padres no lo entienden cuando ellos dicen que se van al Smial, chicas diciendo que irían vestidas de elfas todo el día si pudieran, gente leyendo ochenta páginas a la cara de otra gente, clases de Quenya con pizarra y todo, ese tipo de cosas. Por comparar, y sin ánimo de ofender mucho a nadie, clavaditos a los trekkies. Y luego la pagamos todos, que sales por ahí con otros frikis y las chicas medio se temen que vayas a violarlas mientras gritas en betrobi. Me gustaron las fiestas con violinistas y vino, eso sí. Pero el reportaje en general no me pareció muy productivo de cara a la normalización de las aficiones consideraras raras hasta hace poco. Un enfoque más en plan "ná, somos un grupo de colegas que nos juntamos aquí a pasarlo bien con nuestras neuras, mira qué traje más guapo me he currado, ¿quieres una birrita?" sería para el típico outsider un poco menos... venga, digamos la palabra... aterrador.
Aunque claro, si hicieran alguna peli del Mundodisco habría que ver lo que pasaba. Igual iba a escuchar yo mucho rato a quien me dijera que no le pegase patitas de plástico al baúl de la abuela.