25 de Octubre 2006

El boli en el canalillo

Tarde, mal y a destiempo, como de costumbre, pero me enteré este fin de semana de la última gracia de ese genio del humor que es el ex-presidente JoseMari Aznar. Tras el chiste del submarino amarillo (cuando Inglaterra decidió que Gibraltar era el sitio idóneo para aparcar un submarino nuclear), el sketch del acento texano (en una rueda de prensa conjunta con Bush) y el gag de los pies encima de la mesa con sus amiguitos del humor en las Azores (cuando lo de Iraq), Chema parece haber decidido que renovarse o morir. Su repertorio actual, en esta nueva etapa fuera del gobierno, es igual de bueno o incluso mejor que el antiguo, aunque hasta la fecha solamente hayamos podido disfrutar de dos breves muestras: (1) aquella vez en que argumentaba que los moros deberían habernos pedido perdón por la ocupación de la península hace 1300 años, y (2) esto:

Evidentemente, a Josemari le va el humor apocalíptico. O eso, o se cree de vuelta de todo y hace lo que le viene en gana sin pensar en las consecuencias para su partido. O tal vez quería emular a Bill Clinton, ex-presidente también, y a falta de puros y chirlis, pues vengan esos bolis y escotes. Que siempre ha habido clases. O quizás simplemente no le gustaba la pregunta sobre el Movimiento de Liberación Nacional Vasco y no se le ocurrió nada mejor para salirse por la tangente. En breve, o es un maestro incomprendido del humor o va de sobrado o va de copiamonas o, simplemente, es un poquito gilipollas y no tiene demasiadas luces. Comentarios al respecto de la bromita no han faltado, y los hay de todos los colores: desde "qué hubiera hecho si el entrevistador fuera hombre" (decía la reportera boligrafizada Marta Nebot) hasta "Aznar no es machista" (Ana Botella, claro), pasando por el que más me ha gustado: "Anita, confiesa, tuvo a tantas mujeres en su gabinete porque al llegar a presidente le regalaste una caja de rotuladores y no sabía donde ponerlos", que decía un tal Retrancasman en la página web del 20 Minutos.

El hecho es que, de un tiempo a esta parte, las tías buenas lo tenéis más bien crudo con las bromitas de la gente. Marta Nebot no es más que un ejemplo. Esta misma mañana estaba yo tomando un café en el bar y ha entrado una hermosa joven a comprar tabaco: tipo estupendo, culo ceñido, senos turgentes, pelo rizado. Ha puesto dinero en la máquina, ha cogido su paquete y se ha largado sin decir ni mú. Pero este simple gesto ha despertado una retahíla de comentarios y chascarrillos a voz en grito por parte de la dueña del bar y un par de parroquianas que andaban por ahí. Sí, está claro que no cuesta nada decir hola. Pero mucho me temo que estos comentarios no se habrían producido si la muchacha no estuviera de tan buen ver o si, directamente, fuera un tío. Incluso yo mismo, adalid contra la discriminación, he comentado en ocasiones que las gilipolleces que discuten y discuten y discuten las concursantes de SuperModelo 2006 deberían solucionarse a base de combates de lucha en el barro. Aunque por supuesto (siempre ha habido clases, decíamos) no me he plantado nunca en el estudio del programa con una cubeta de fango y un par de bikinis.

Quedáis advertidas, tías buenas: el campeón bigotudo del humor casposo anda suelto.
 

Enviado por Manu, 25 de Octubre 2006 a las 02:10 PM

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Comentarios

suerte que soy un tio y educao, que sino le metia el boli a través del bigote. y si: sin anestesia.

lo que le faltaba: creerse ya tan superior que puede hacer lo que le de la gana (bueno ya lo hace, pero la chica no tenia culpa, digo yo)

Enviado por: Sainthropee, 25 de Octubre 2006 a las 05:01 PM
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