Quien haya leído a Neal Stephenson últimamente sabrá ya que no tiene ningún miedo a publicar novelas larguísimas. De hecho, las ediciones españolas de Criptonomicón y El ciclo barroco se han cortado en varios libros, posiblemente lo mismo que ocurrirá con las más de 900 páginas de Anathem. Igual que en sus últimos títulos, al final las 900 páginas terminan siendo pocas; a diferencia de ellos, esta última novela abandona a los Shaftoe y los Waterhouse de los libros anteriores y vuelve con fuerza y juguetes nuevos al viejo patio de recreo de Stephenson: la ciencia-ficción.
Anathem está ambientada en un mundo llamado Arbre, unos cuatro mil años en el futuro. Los avatares de su historia han llevado a una separación total entre el mundo científico/filosófico (los avout) y el resto de la sociedad. La gente de ciencia vive recluida en una especie de monasterios, que a su vez están compartimentados según sus integrantes hayan hecho votos de no abandonarlos salvo durante diez días los años acabados en un cero, en dos ceros o (para los monjes-científicos más psicópatas, los milenarios) en tres ceros. Esto les permite centrarse en sus estudios, lejos de los teléfonos móviles, los feeds de noticias del mundo secular y las estrellas mediáticas. Y, en la práctica, divide el mundo entre seres humanos capaces de centrar su atención y seres humanos que en general no lo son.
Erasmas, el protagonista y narrador de la historia, es un decenario a punto de reencontrarse con el mundo exterior en su primer Apert desde que hizo los votos, pero su mundo (su mundo literal, Arbre) está a punto de dar el mayor bandazo de su historia. Una amenaza, que no detallaré porque averiguar su naturaleza centra la acción de buena parte del primer tercio de novela, se cierne sobre sus habitantes. El mundo secular requiere de las habilidades de los avout para hacerle frente y decide poner en práctica una antigua cláusula de su acuerdo con el mundo científico: su derecho a evocar habitantes de los monasterios en tiempo de necesidad. Y así es como Erasmas y sus amigos –un grupo que, como era de esperar, es lo bastante variopinto como para incluir un fanático de las artes marciales y la historia militar, un hacker o un milenario extraño y dotado de una voz y una narrativa casi mágicas– se embarcan en una aventura cuya recompensa bien puede ser el mismo futuro de su mundo.
Mundo que, pese a ser necesariamente parecido a la Tierra, tiene gran cantidad de vocabulario propio, por lo que al final del libro hay un anexo que yo no tuve que consultar ni una vez pero que será de utilidad al suertudo que vaya a traducirlo al castellano, espero que de nuevo Jorge Romero porque me sabría mal que el sargento Pauix tuviera que leer una versión con errores en conceptos matemáticos. Algunas explicaciones teóricas están apartadas de la narración principal, en otro anexo: una sobre geometría y medición de cantidades irracionales, otra sobre espacios de configuración y una tercera de la que, de nuevo, no hablo para no espoilear. Que nadie dude en leérselas, que son interesantísimas... y amenas. La trama principal no tiene tantas digresiones –gamberradas, vamos– como el Criptonomicón o el Ciclo barroco, pero a cambio mezcla perfectamente cierto aire de divulgación científica, imprescindible para la trama filosófica global, con la aventura pura, dura y acelerada. Platón, artes marciales, indeterminación cuántica, supervivencia en entornos muy, muy hostiles, geometría y catástrofes planetarias.
Y dado que llevo todo el texto mordiéndome la lengua y procurando describir el libro sin reventarlo demasiado, y dado que con esta novela es un objetivo casi imposible porque el descubrimiento de un mundo coherente basado en lo que a primera vista parece un absurdo hace disfrutarla desde la primera página, creo que trazaré aquí la línea y lo llamaré el final de la reseña.
(Se puede pillar en Casa del Libro.)
Wiiiiiiii, lo kero, lo kerooooooooo!!!!!
(con cinco signos de exclamación y todo)
Enviado por: agente_naranja, 16 de Noviembre 2008 a las 11:54 PMBueno ya me llamaba l atencion pues esta nominado al Hugo pero con tu reseña definitcvo lo leo
al leerlo en inglés y tener una terminología tan particular se hizo duro al principio….. una vez que le cogí el ritmo me ha enganchado como hacía tiempo que no me ocurría… y eso que soy un lector ávido, de un libro medio a la semana.
Esta novela de Stephenson no solo está a la altura esperada (he leido todo lo que ha escrito menos el ciclo barroco) sino que lo supera considerablemente, aun habiendo visto el trailer del libro, que por cierto es genial!!!!!
totalmente recomendado para perderse, en un mundo extraordinariamente construido y coherente, durante un par de semanas y disfrutar de una experiencia de lectura de gran calidad.
Enviado por: goreano, 5 de Septiembre 2009 a las 11:45 AM¡Ha salido ya en castellano!
Enviado por: Manu, 22 de Septiembre 2009 a las 06:18 PMEn Google han colgado una conferencia que Neal Stephenson hizo para sus empleados:
http://www.youtube.com/watch?v=lnq-2BJwatE
Muy recomendable (y muy buena la reseña que publicáis aquí).
C.
Enviado por: Carlos Montes, 25 de Enero 2010 a las 10:19 AM