Antes que nada, quiero elevar una enérgica protesta a los fabricantes de teclados, que llevan años sin incluir el rayo de AC/DC en ninguna tecla pese a que la sociedad, evidentemente, lo demanda. Dicho queda.
A finales de la semana pasada se empezó a rumorear que AC/DC añadiría unos cuantos bolos en estadios grandes a su gira mundial de 2009, porque al parecer mi lamentable historia con las entradas se repitió en bastantes puntos del planeta. Yo me levanté después de dormir solamente tres horas para estar delante del ordenador a las nueve y veinte, cuarenta minutos antes de la hora oficial en que se ponían a la venta. Me era indiferente Barcelona o Madrid, aunque Bilbao me queda algo lejos; simplemente buscaba cuatro entradas. Ya treinta minutos antes de la hora H se hizo evidente que, al menos por internet, no iba a conseguirlas. La web de Servicaixa y la de El Corte Inglés estaban exactamente igual de saturadas, y yo sabía que no me serviría de nada acercarme al centro comercial del triangulito verde porque allí se conectan al servidor de la misma forma que yo en mi casa. La única esperanza era que Servicaixa diera prioridad a sus propios cajeros de Servientrada sobre las conexiones domésticas.
Pero ni con esas. Por fin encontré un cajero con servicio de entradas, tras mucho patear Valencia; el tío que estaba delante de mí, que iba a por lo mismo que yo, me explicó que ya era el tercer lugar donde lo intentaba y que solamente en el primero había llegado a ver dos entradas, sacadas un grupo que buscaba tres. Después de eso, ni se conectaba al servidor. Ni el siguiente cajero donde había probado suerte. Ni tampoco en el que le encontré yo. Aguanté media horita charlando con él y con otro desesperado antes de optar por volverme a casa, dada la falta de sueño que llevaba, en vez de proponerles que nos tomáramos unas cervezas para cagarnos en los hipotéticos tres modernitos que verían a los AC/DC en nuestro lugar.
Esta vez las entradas se ponen a la venta en grandes cantidades por el aforo de los estadios, el 6 de febrero a las once de la mañana. Y si eso falla, según la web de Hipersónica solamente hay que esperar doscientos años para tener otra oportunidad:
Dudo mucho que yo aguante hasta 2209, pero seguro que los AC/DC (¡queremos el rayo ya!) siguen vivos. Y me juego lo que sea a que los Stones también.