19 de Octubre 2003

No hay robellones

La culpa de todo la tiene el gobierno. Yo tenía un plan perfecto para este fin de semana: el viernes iba a ir con unas amigas de fiesta a Vistabella, el pueblo de una de ellas. El sábado por la mañana recogeríamos robellones (y tal vez otras setas), nos comeríamos parte de ellos y bajaríamos los demás a Castellón para regocijo de familiares y amigos. Pero el gobierno me ha jodido el plan. Concretamente, el gobierno valenciano. Dieron demasiada importancia a unos informes que ni siquiera provenían del Instituto Nacional de Meteorología. Dijeron que llegaba la gota fría, que el fin de semana iba a ser de aúpa y casi que el mundo se acababa. Suspendieron el transporte escolar y se encargaron de que la noticia saliera en todas partes. Total, para cuatro gotas que cayeron.

Pero cuando se supo todo esto, para mí ya era demasiado tarde. Nos habían acojonado a base de bien y habíamos decidido no subir al pueblo, sobre todo teniendo en cuenta que el coche de Susana tiene el limpiaparabrisas jodido y que las carreteras no están demasiado bien que digamos. Lo del limpiaparabrisas no, pero todo lo demás es culpa del gobierno.

Por suerte, no me han jodido el fin de semana. El resto de amigos se habían ido a las fiestas de otro pueblo, pero mi amiga y yo robamos una botella de Chivas a mis padres, compramos unos aditivos ilegales y nos pusimos como las cabras. Y la machaqué al X-Men Mutant Academy 2, por cierto. No hay quien venza a Havok. El sábado cené en el Mesón de la Tapa y la Cerveza, una especie de feria del tapeo que montan dos veces al año por aquí, supongo que para compensar que tenemos ley seca y cada vez menos bares. Por el módico precio de 2,50 €, cerveza de barril y tapa a elegir entre una buena variedad, señora. Gran principio (cenar poco y beber mucho) para una noche que, bueno, también estuvo bien. Aprendí de mi amigo Andrés un método para quitarte de encima a los borrachos pesados que te quieren contar sus historias: utilizar su misma medicina. Interrumpirles sin miramientos y dedicarte a volcar tus paranoias en su cabeza. Lo pondré en práctrica con él mismo el fin de semana próximo. Y hoy mismo he ido al teatro, cosa que no hacía en años. Mi madre quería ver Por amor al arte, la obra en la que salen Maribel Verdú y el tío ese de El Comisario. Va del amor como posesión, y está muy bien. Ya la comentaré otro día.

Lo que quiero dejar claro hoy es que, por mucho que el gobierno intente joderme con su alarmismo, no conseguirá evitar que me divierta un poco los fines de semana. Ni entre semana, ya que estamos.

Enviado por Manu, 19 de Octubre 2003 a las 10:04 PM

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