... estaba de parranda.
Trabajar fuera de tu ciudad natal (al menos si la mayoría de tus amigos vive allí) es una putada de mucho cuidado. Ya, menudo descubrimiento, lo sé. Pero lo cierto es que no se me había hecho nada cuesta arriba hasta ayer por la tarde, cuando tuve que huir de una quinta botella de sidra en la carpa del Centro Asturiano de Castellón para no verme atrapado otro día más en las tenebrosas redes de la fiesta, que esta mañana entraba a las nueve y veinte. Suerte que lo pensé la semana pasada y hoy prácticamente tengo examen con todos los grupos, lo que evitará que demuestre públicamente el genocidio neuronal del fin de semana.
Las fiestas suponen también una escapada de la realidad. La política se paraliza, las noticias no atraviesan el enredo que llevan encima las sinapsis. Si esta semana muriera el Papa, en Castellón habría gente que no se enteraría hasta el lunes que viene. De hecho, una de las pocas conversaciones que he tenido sobre la realidad periodística ha sido consecuencia de este weblog, y más concretamente de la entrada de hace unos días sobre el edificio Windsor. La escena es la siguiente: a las tres de la madrugada me levanto de la silla para rellenar el vaso de cerveza y recibo un ataque por sorpresa. "Pues yo creo que te pasaste tres pueblos con lo del Windsor". Así, sin previo aviso. Joder. Procuro desviar la conversación hacia el debate sobre si es lícito o no reírse de las cosas, que me interesa más en ese momento, pero en las conversaciones entre borrachos es difícil manejar el timón con soltura. No lo consigo del todo y la conversación termina sin llegar a ningún punto de acuerdo. Otro día será, Javi.
Algunas otras cosas han logrado filtrarse desde el mundo exterior. El Papa está chungo, chungo. De hecho, el pobre hombre lo ve tan claro que ya ha dejado listo al cardenal que tiene que soltar el habemus papa (¿o era al revés?) cuando haya fumata blanca. Por su parte, los tertulianos de la tele continúan cebándose con el plan Ibarretxe y el tema me cansa ya tanto que el único comentario que haré es que me sorprende que sigan hablando de nacionalistas y "no nacionalistas" en lugar de de nacionalistas vascos y nacionalistas españoles. Amenábar se ha llevado su Óscar por una peli que no he visto pero que, por lo que cuentan, tampoco vale tanto la pena. Pues nada, enhorabuena. Nada nuevo bajo el sol aparte de que hace frío.
Así que, con permiso del respetable y ya que precisamente esta semana de fiestas en Castellón (a hora y media de aquí por medio del transporte público) puedo hacerlo hasta cierto punto, me apeo del mundo. No hace falta que lo paren, que ya me apañaré yo para reengancharme como pueda la semana que viene.
Enviado por Manu, 28 de Febrero 2005 a las 03:25 PMTodo un éxito lo del cartelito propagandistico... pero es que en España el tío Sam tiene poco tiron, tal vez un tío Pepe..
Enviado por: Galletas, 2 de Marzo 2005 a las 12:11 PMSi, la botella de tio Pepe. Y debajo un cartel que ponga: "¡Comenta argo, shiquillo...!" Habrá que comentarselo al Jamfris pa que tome medidas...
Enviado por: Aranluc, 2 de Marzo 2005 a las 01:47 PM