Como la lista de comentarios a la entrada El puto terror japonés de este weblog se está empezando a hacer kilométrica, he pensado que bien podría dejar clara mi postura de una vez por todas. Aprovecharé el último comentario negativo (que, sorprendentemente, muestra educación y respeto), dejado por Kuky y levemente editado por mí, para ello.
Comprendo lo que dices, y sé que podría haber sido más políticamente correcto y titular esa entrada como Aspectitos que me desagradan levemente del cine de terror japonés. Pero olvidas dos pequeños detalles: esto es un weblog y yo no soy Ned Flanders. Un weblog es una página personal donde el autor da su opinión sobre lo que quiere y de la forma que quiere. Y si a mí, personalmente, algo me parece una mierda, digo que me parece una mierda. Para eso están los comentarios, para que quien entre aquí por voluntad propia y lea lo que yo escribo pueda dar también su propia opinión. Pero el weblog sigue siendo mío y, utilizando una frase bastante manida en ZonaLibre, me lo follo cuando quiero.
Seguimos con lo mismo. Lo que a tí te parece "echar pestes" a mí me parece expresarme con contundencia. Te puede gustar más o menos, pero cada uno tiene su estilo y se lo folla cuando quiere, también. Además, si te das un paseo por unas cuantas entradas verás que por lo general procuro argumentar bastante lo que escribo. Con mayor o menor fortuna, que últimamente no andaba fino del todo, pero con esa intención. Una cosa es decir que no creo que la fotografía justifique hora y media de inactividad en la pantalla del cine y otra cosa es llamar a alguien "idiota" o "cobarde de mierda" porque sus gustos difieren de los tuyos, como hizo un descerebrado en los comentarios de esa misma entrada.
Lo cual nos lleva a la esencia misma de las opiniones. A mí, por ejemplo, me gusta mucho la serie Stargate SG-1. Supongamos que busco en Google y me encuentro con un weblog (o con cualquier página) que la ponga a caldo. Mi reacción no será entrar a saco en los comentarios e insultar al autor, y la razón es que tengo la suficiente madurez (vamos a llamarlo así) como para comprender que el autor no está intentando insultar mis gustos, sino expresar los suyos. Que son, salvo contadas excepciones, igual de respetables que los míos.
Por eso estoy pensando en incluir una advertencia en la parte de arriba de esta página: "¡Cuidado, visitante! Mis opiniones pueden ser diferentes de las suyas. No siga leyendo si no está preparado para asumir la diversidad humana".