Mira que estaba yo tranquilito en mi respiro espiritual casero, viendo temporadas enteras de A dos metros bajo tierra y evitando la tele en general y los informativos en particular. Qué gran serie, sí señor. Cuánta mala baba. Pero Nerea, que se pasó el otro día por casa, me ha obligado a volver a la primera línea al contarme lo que se está publicando últimamente en las hojas parroquiales valencianas. Al parecer, un catedrático en teología (jubilado) se dedica a justificar en la publicación Aleluya la violencia doméstica contra las mujeres. Aleluya, sí. Como me niego a hacer mías sus palabras, mejor cito un par de perlas de un artículo al respecto, publicado en El Norte de Castilla:
Gironés afirma que en el año 2005 hubo 63 mujeres muertas a manos de sus parejas en España y añade que «por cada mujer muerta a manos de un hombre, hubo 1.350 niños asesinados por voluntad de sus madres. Es peor».
No es que haya ninguna necesidad de convencer a nadie de lo inapropiada, rancia y despreciable que es una opinión como la de don Gonzalo, pero siempre es divertido ofrecer una cucharada de su propia medicina a los gilipollas. Por esa misma regla de tres es justificable la violencia contra los catedráticos jubilados que escriben estas cosas y contra las instituciones que las publican: más de una vez los autores de escritos sexistas provocan con su pluma. El lector, generalmente, no pierde los estribos por dominio, sino por debilidad, no aguanta más y reacciona descargando su fuerza que aplasta al provocador. ¿Ve usted que fácil, don Gonzalo?
Es más, ya puestos a hacer comparaciones cachondas, por cada catedrático jubilado vapuleado a las puertas de la iglesia mueren al año montones de africanos de SIDA gracias a la política vaticana de convencerles para que no utilicen preservativos. Parafraseando al lúcido catedrático: por cada imbécil a favor de la violencia doméstica apaleado, hay miles de seres humanos asesinados por voluntad de la Iglesia. Es peor.
Ojalá no fuera tan fácil escribir una entrada sobre este tema. Y ojalá no fuera tan fácil para según qué gentuza ver publicadas sus palabras en una hoja parroquial. Amén.
Cuanta razón tienes compañero. Has acertado en el clavo, has expuesto lo mismo que pienso; es más, le preguntaría al Sr, Gonzalo:
¿Si su compañera sentimental se quedara embarazada, de usted, y las circunstancias de la vida; digamosle, está en paro, es no deseado, malformaciones, etc,... que haría usted? ¿Y su compañera, opinaria lo mismo?
Por favor, no confundamos los principios de esto con los de MATAR a tu própia pareja (la que piensa, razona, vive y comparte muchas cosas contigo) y un feto NO. Hay que analizar muy bien cada caso, pero menospreciar a la mujer de tal manera, es inacmisible para la épocas en que estamos.
El machismo se ha acabado!!!!!!
Habrá que darle de su propia medicina y a ver que opinariamos luego.
...Hay que decirlo más.
Enviado por: Santo, 19 de Febrero 2006 a las 03:35 PM
Una idea... que tal si le hacemos llegar a D. Agustin Garcia Gasco ,de profesión Arzobispo de Valencia y a D. Gozalo, lo que pensamos de sus comentarios y de su padre ... si lo conocen.
archivalencia@archivalencia.org
Recordad con espiritu tolerante y sin acritud.
Enviado por: Nacho, 20 de Febrero 2006 a las 07:33 PMNo es que apoye el aborto,pero tampoco se si en un momento dado para una persona pueda ser la mejor solución,aunque creo que hay otras posibilidades.
En cuanto a comparar el los asesinatos de estas mujeres con los abortos creo que no es lo más adecuado, tanto uno como otro caso están mal, no hay justificación para hacer esa comparación.
En cuanto a lo de que las mujeres provocan a los hombres que las maltratan casi que me callo por que ya es lo que faltaba por oir.
Cuando alguien me mire mal le daré dos sornabirones que lo dejaré mirando para Cuenca, claro, es que van provocando.
LO QUE OS HA FASTIDIADO ES QUE SE PONGA AL MISMO NIVEL MALTRATO QUE ABORTO PROCURADO.
Enviado por: VICENTE, 9 de Junio 2007 a las 04:22 PM