Lunes 2.0

Estaba yo tentado de buscar una cita bíblica sobre el trabajo, acompañarla de un par de exabruptos ofensivos y dar la entrada de hoy lunes por concluida, pero me temo que sería repetirme un poco demasiado. Así que, mientras viajaba en el tranvía y observaba las caras largas e inexpresivas de la gente, he pensado que podíamos (la humanidad en general, quiero decir) mejorar un poco las condiciones de cada lunes siguiendo unos pasos sencillos, que procedo a listar a continuación por si a alguien le apetece probar a ver.

• No estaría mal que la gente sonriera. Cuando vayáis como zombis por la calle y os tropecéis, niños y niñas, no maldigáis ni pongáis cara de pocos amigos. Es mucho más sano reíros de vosotros mismos y sonreír a cualquiera que os haya visto. De esta manera, al menos, le alegráis la mañana a alguien.


• Cometer alguna ilegalidad menor es la mejor manera de despertar por las mañanas. Colarse en los transportes públicos, por ejemplo, te mantiene alerta ante la llegada de revisores y aleja de la mente los pensamientos negativos de odio, autoodio y resentimiento contra la sociedad tan característicos de los lunes por la mañana. Atracar un banco y darse a la fuga con una atractiva rehén tiene que ser divertido también, pero este weblog no lo recomienda porque no quiero que la gente me use de excusa en un proceso penal por sus fechorías.


• Hablar con la gente siempre es bueno, pero un lunes por la mañana puede ser especialmente productivo. Además de alejar de la mente los pensamientos negativos que decíamos, cuando la suficiente gente se dé cuenta de que no está sola en su odio a los lunes por fin podremos unirnos en Glorioso Alzamiento y colgar a los empresarios de los... balcones del ayuntamiento para que aprendan, y al final se termine aprobando la ley más necesaria de todas: la que prohiba cualquier tipo de trabajo los lunes antes de las 12 del mediodía. Eso es calidad de vida y lo demás son tonterías.

Y con esto y un bizcocho... hasta mañana a las ocho. Por desgracia.