Acaba de salir la noticia en los telediarios y periódicos digitales. La Generalitat Valenciana da un paso atrás en su cruzada por la educación de calidad y ofrece una moratoria para la asignatura de Educación en inglés. Es decir, a partir de enero seguramente dejará de ser obligatorio que la asignatura Educación para la Ciudadanía se imparta en inglés, como venía haciéndose hasta ahora, y quedará en el recuerdo la bonita y dignísima imagen de dos maestros, el educador y su traductor al inglés, entrando de la manita al aula para impartir conocimientos a las masas ingratas.
A los dirigentes peperos de la Generalitat se les ha puesto el culete pequeñito, pequeñito, con la huelga general educativa que los malditos rojos de los sindicatos y asociaciones habían convocado este miércoles. Hasta el punto de que ha sido el propio presidente Camps quien se ha mostrado dispuesto a bajarse los pantalones a dos manos. No hay otra explicación, aparte del miedo, para que ahora nuestros líderes comprometan el glorioso futuro trilingüe de la juventud de la Comunidad Valenciana tras todo un año absorbiendo conocimientos en inglés. Es una lástima que todos los años de esfuerzo invertido por el PP valenciano en privatizar el sistema educativo, fortificarlo construyendo barracones y defenderlo de las destructivas ideas modernas vayan a quedar en agua de borrajas por un quítame allá esas huelgas. Vergüenza debería darles, hacer caso a los educadores, padres y alumnos mientras desoyen la sabiduría milenaria de la Conferencia Espiscopal. Y todo para tener contentos a cuatro alborotadores, impresentables y (lo peor de todo) rojos. Espero sinceramente que las urnas castiguen este cambio de camisa en las próximas elecciones autonómicas.
Font de Mora, dimisión. Pero ya.
Ya me sorprende, ya: la norma básica del funcionamiento político de este país es "mantenella y no enmendalla".
Enviado por: Santo, 19 de Diciembre 2008 a las 07:00 PM