Antes de dormirme hoy imaginaré que, unas horas más tarde, en la sede del Partido Popular de Valencia están tirándose de los pelos, corroídos de envidia. Porque aunque su página web no tenía más agujeros de seguridad que la del PSOE, a ellos se la han pringado hasta arriba de enlaces malintencionados mientras que la de sus rivales se ha llevado solamente unas cuantas faltas de ortografía y una sonrisa.
Cuenta h4x0r en los comentarios de la entrada anterior que ha descubierto una vulnerabilidad igual de seria en la web del PSOE de Valencia que la que apareció anteanoche en la del PP. (Lo que, por cierto, lleva a pensar que o bien los dos partidos encargan la web a la misma empresa o a todos se las diseña un sobrino enchufado.) Solo que en esta ocasión h4x0r ha decidido avisar a los socialistas valencianos, inyectando un bonito pop-up que salta al pinchar en el «por favor leelo», que ahora mismo es la única noticia que presenta a los visitantes.
Así que me voy a dormir, que quiero ponerme a imaginar eso que decía al principio. Y si esto se convierte en costumbre y alguien hackea a otro partido valenciano, por favor que avise en los comentarios, que me soluciona las entradas cosa mala. Unión Valenciana seguía existiendo, ¿no?
Actualizado 15:36: El administrador de la web del PSOE ha contestado al amigo h4x0r, quien amablemente ha copiado el e-mail en los comentarios. Lo reproduzco aquí sin editar:
Antetodo, graciasComentarte cosas....
La Web tiene ya unos años y no son conscientes de lo que manejan, ni de lo que puede repercutir sobre su imagen, les avise de ciertas cosas que se deverian hacer y como no, caso omiso, me he tenido que enterar, por q no podian entrar al panel, ni se habian dado cuenta de los cambios que habias efectuado.
He efectuado algunos cambios, sin su consetimiento, si fueras tan amable de verificar que esta todo OK, te lo agradeceria, todo sea que luego me digan que lo vuelva a dejar tal y como estaba.
Tanto que comentar y tan poco tiempo...
Esta noche la web del PP valenciano ha sido objeto no de un hackeo (deface, para ser exactos), ni de dos. Tres veces ya en lo que va de noche, aunque el primer y el tercer ataque son casi idénticos. La verdad es que no sé a qué hora se ha producido el primer golpe porque estaba currando, aunque con toda seguridad ha sido antes de medianoche. Un tal kr0no le ha cambiado la cara a la web pepera y la ha dejado de esta guisa:
(Podéis ver la captura completa en grande;
esta imagen es del tercer cambio de cara,
que en realidad es clavadito al primero.)
El amigo kr0no, aparte de pegar cuatro gritos y dejar tres enlaces (1, 2 y 3) donde el PP no presenta precisamente su mejor cara, aprovecha para declarar su amor por una tal Lara, un gesto precioso aunque (como dice Netoratón) esté feo poner el nombre de tu amada junto al de Camps. Y un mensaje tranquilizador al final, para el webmaster del PP: «Nada ha sido borrado». Todo ello, acompañado por el audio de este vídeo de YouTube.
A eso de las 2:15 de la mañana la web había recuperado su aspecto original, pero unos minutos más tarde alguien ha vuelto a darle ritmo:
Probablemente una gente distinta, claro. O al menos alguien ya no tan ansioso por expresar su amor hacia la misteriosa Lara. Dándole al enlace se accedía a la noticia en sí:
La foto de la imagen muestra a Alfonso Rus (presidente del PP de Valencia, que cuenta en su haber con titulares como llamar gilipollas a los profesores por expresarse correctamente en valenciano) acompañado de Rafael Blasco (conseller de inmigración, ex-socialista que se pasó al PP cuando ganó y acusado de bastantes chanchullos urbanísticos) y un montón de –supongo yo– militantes o simpatizantes peperos.
Pero nuestros defacers han debido darse cuenta de que se les había colado un montón de HTML mal hecho en la página principal, así que lo han arreglado un poco:
Sobre las dos y media de la mañana, la web volvía a presentar su aspecto habitual (por lo poco que entiendo yo, parece que este segundo grupo de hackers se ha limitado a introducir una noticia en el propio sistema de la página, con lo que supongo que habrá bastado con que un administrador la borre). Pero en menos de cinco minutos volvía a presentar una versión remozada del primer «lavado de cara», declaración de amor y audio rapero incluidos, que es la que sigue viéndose en el momento de terminar esta entrada.
A lo mejor es que me aburro mucho, pero a mí me ha hecho gracia.
Me decía Santo en los comentarios de la última entrada que, si dejaba de hacer demagogia sobre obviedades (mis palabras, no las suyas), daría un poco de pie a comentarios que fueran más allá del «amén, hermano». Así que, en lugar de cagarme en la política de cambios de carril con que la DGT me ha tenido una hora larga en un atasco a la salida de Madrid sin que viniera nadie en sentido contrario, aprovecho la ocasión para recomendar a todo el mundo el blog que el propio Santo acaba de estrenar en Nuevatribuna.es, Rimando el ascua...
Escribo para volver a la época en la que sólo me preocupaba escribir, pero estoy demasiado viejo para creer las mentiras de los niños y soy demasiado joven para empezar a creer las de los viejos.
... y de paso esta vez soy yo quien dice «amén, hermano».
Zote el guerrero miraba atentamente la fruta que le habían dado. Ya era raro que no fuera, en lugar de fruta, un enorme pedazo de la última pieza que había cazado, pero más raro era que no estuviera ya masticándola a dos carrillos. La fruta, de medio palmo de altura, estaba en el suelo y Zote la sostenía en su sitio con la palma de la mano. La razón de que no estuviera comiéndosela es que su cerebro estaba haciendo algo inusual. Zote empezó a mover la mano adelante y atrás, y la fruta iba con ella sin rascarse contra el suelo lleno de escarcha. No costaba nada moverla, y además Zote tocaba cada vez una parte distinta de la fruta. ¿Y si...?Pero antes de que se pudiera activar una tercera neurona en el cerebro de Zote, quedaron decididos los presupuestos de la tribu. Cada vez hacía más frío y, bueno, en ocasiones anteriores había acabado mejorando, pero ¿quién sabe si eso volvería a pasar? Por alguna razón, el suelo se ponía resbaladizo cada mañana. De repente, muchísimos animales que habían abundado en los viejos tiempos (cuando hacía calor) ya no estaban por allí. Hasta el mismo sol brillaba cada vez menos y salía poco rato, y convenía que los brujos tuvieran la panza bien llena porque cuando se ponían apocalípticos no había quien los aguantara. Escaseaba la caza, pero eso no era razón para que los guerreros se debieran quedar ociosos en el campamento como estaban haciendo ahora. La última vez, a uno de ellos se le ocurrió decir que allí donde se dejaban caer pepitas nacían plantas nuevas. Quería tener a toda la tribu enterrando huesitos en el suelo, agachados medio invierno, y eso sí que no. A este paso lo próximo sería probar a adoptar un cachorro de lobo, a ver si salía dócil. No. La forma de mejorar era mejorar ya mismo, a toda costa. O por lo menos dar esa impresión y tener a los brujos tranquilos.
Y así fue como, diez años después de que Zote guardara su fruta en el zurrón para embarcarse en una serie absurda de infructuosas cacerías, su tribu fue asimilada por un grupo enorme de seres humanos incomprensibles, que se hacían acompañar por lobos y empleaban instrumentos mágicos y brillantes. Y lo más extraño de todo: parecían fuertes y bien alimentados.
Zote y su gente fueron una nota a pie de página de la prehistoria, o lo habrían sido si en la prehistoria hubiera habido páginas. El pueblo que erradicó de la faz de la tierra lo que ellos llamaban su cultura somos nosotros, hijo mío.
Y, dado que cualquier persona razonable no necesita más argumento que el anterior (un niño de siete años lo entendería, pero al parecer un consejo de ministros adultos no), y que quien no es razonable (por ejemplo, dicho consejo de ministros y buena parte de la clase política actual) no va a hacer caso por mucho que nos desgañitemos razonando más ahora, me conformaré con que hablen por sí mismas las protestas, la multitud bloguera dando la brasa al mundo, el revuelo en las redes sociales... la pura masa sin ponderar, las puras cifras, que por lo visto son lo único que entra en la cabeza a quienes entienden como su única función redistribuir nuestro dinero. Porque desgraciadamente la estadística a corto plazo es lo que les mantiene a ellos en su puesto.
Pero sí me gustaría añadir, aunque hoy no quiera divagar y esto sea materia para otra entrada, que no basta con asignar un presupuesto razonable (nadie lo está pidiendo estratosférico) para mantener el nivel de investigación y desarrollo. También es necesario que ese presupuesto no se desperdicie, como hace ahora, en las mezquinas luchas de egos, el proyecto a medida del sobrino de la jefa, la absurda línea de investigación patrocinada por la empresa de turno, las pequeñas vendettas mediocres de quienes cortan los restos del bacalao y todas esas pequeñas injusticias que no deberían darse entre científicos pero que, como cualquier investigador os confirmará si preguntáis, hay que tragarse sin dejar gota en la barbilla para poder hacer ciencia ahora mismo. Otro día será.
De momento la pasta, señores ministros. Que anda que no hay gilipolleces de donde recortar.