Este sábado estuvimos celebrando la despedida de soltero de mi amigo el Doctor Maldad, a quien los tres habituales de este blog recordarán de pasadas correrías y también quien, visto lo visto, haría bien en entrenar la resistencia alcohólica de cara a la boda porque de tomarse unos cubatas conmigo no se libra. El plan para la despedida constaba de tres fases: cena, botellón playero y fin de fiesta en un garito cercano. Las dos primeras partes se cumplieron a rajatabla, pero la tercera se vio impedida porque el discopub en cuestión cobraba 16 eurazos por entrar, y la consumición incluida no compensaba el suplicio musical.
Lo cual, por supuesto, sirve de recordatorio para el viejo mantra: si los suministradores nocturnos de bebidas espirituosas fueran asequibles, se reduciría el problema del botellón. Y también para el viejo, pero no por ello menos cierto, argumento de que la ley antibotellón (a la que yo sigo prefiriendo llamar Ley Seca) es un texto sucio, parcial e injusto. Y si no, póngase en práctica el siguiente experimento: (1) Sentarse en una terracita y pedir un tercio. Beber medio. (2) Levantarse, apoyarse en un pared y beber allí el otro medio. Et voilà. Una norma por la que un mismo tercio de cerveza pueda ser legítimo y punible con solo desplazarse dos metros forzosamente no es trigo limpio. O follamos todos o la puta al río, pero si la legalidad depende del poder adquisitivo, mal vamos.
El cacao que se montó no hace mucho en Pozuelo de Alarcón, combates con la policía incluidos, no tuvo nombre. A estas alturas, y con todo lo que se ha dicho, queda claro que los pijos, o niños de papá, o como quiera llamarse a los descerebrados que vieron buena idea cargar contra los antidisturbios, metieron la pata hasta el fondo. Pero quien de verdad la cagó, la lleva cagando años y años, es el sistema legislador. El fin de semana siguiente todos los medios resaltaban que la fiesta del pueblo fue una balsa de aceite, básicamente porque había tres policías por ciudadano y los problemáticos botelloneros estaban de arresto domiciliario. ¿Desde cuándo ha sido eso solución a nada? Este mismo fin de semana se ha vuelto a liar. Y si a la gente le diera por comer tarta de manzana mientras canta Julio Iglesias a voz en grito, ¿pondríamos maderos en las pastelerías y las tiendas de discos? Va, hombre.
Desde el Pozuelo Affaire, el noticiario de Antena 3 (claro referente del sentir patrio más casposo) se ha despachado bien a gusto en reportajes a fondo sobre las costumbres juveniles. Cuando el botellón empezó a estar manido, echaron mano de las pipas de agua y el THC, y resaltaron que, agarraos que vienen curvas, los chavales se escaquean del instituto para beber litronas y fumar porritos. Y si me apuran, añado que para ver si se follan a alguna compañera de clase. Absentismo escolar, alcoholismo y fornicación, tres lacras sangrantes de nuestra sociedad a las que no se puede responder sino con mano dura. Y si eso no funciona, la solución está clara: más mano dura. Pero ¿hay alguien por ahí que no cometiera similares gravísimos delitos, en sus buenos tiempos? Huele a rancio, huele a «mi generación era mejor porque... esto... porque entonces el joven era yo». Y eso lleva argumentándose desde el inicio de los tiempos.
Al final, lo de siempre y como siempre. Ante la forma de ser que tiene la gente, ante lo que (guste o no) forma parte de la cultura popular, no se responde usando la cabeza y pensando si habrá alguna forma de integrarlo que moleste lo menos posible al vecino. Se responde negando la mayor y pensando, por decir algo, en la forma de cambiarlos, de quitarles esa maldita costumbre de la cabeza. Y mira tú por donde, siempre se les ocurre exactamente la misma forma: ilegalización y presencia policial a mansalva. Y de donde yo vengo, la ideología basada en imponer por la fuerza una determinada forma de actuar a la gente tiene un nombre. Y no es nada bonito.
Toca otra entrada de esas mediotécnicas que hago para acordarme de las cosas cuando se me ocurren, o cuando temo que este ordenador acabe destruido si la gente se entera de que fui yo quien reventó GMail ayer buscando «buscar "buscar en Google" en Google» en Google. Precisamente el temor a destruir este cacharro con el que me gano las habichuelas es el que me llevó a activar el protocolo de seguridad que voy a describir aquí. No sé programar en lenguajes posteriores al C pelao (aunque saqué sobresaliente en Fortran, señora), así que está todo hecho a base de ficheros BAT –con bloc de notas, vamos– y programas gratuitos. Cualquier programador o experto serio en informática puede abandonar tranquilamente esta entrada. Por favor. Vaaa. Que os va a dar la risa, hombre. Largo de aquí. Esta noche subo alguna otra chorrada.
Lo que queremos hacer, ahora que estamos solos y con suerte los que quedéis no sabréis mucho más que yo, es coger los archivos en que estamos trabajando, por muchos que sean, y (1) copiarlos en otro disco duro; (2) comprimirlos todos juntitos, encriptarlos y subirlos a un servidor remoto (que supondremos que se tiene y se sabe usar, porque si no es tontería). Todo con darle a un solo icono o escribir la orden.
Lo primero es crear una carpeta de trabajo para no enmerdar el sistema de archivos si falla algo. Yo la tengo en mi carpeta de usuario de Vista, con el nombre «Batch», pero puede ser cualquiera. Una vez hecho esto, necesitamos dos programas: un compresor y un encriptador, ambos llamables desde línea de comando.
De compresor uso 7ZA. Se puede bajar desde Sourceforge eligiendo el archivo 7za907.zip (los números cambiarán, pero hay solo un 7za). Lo abrimos y copiamos el fichero 7za.exe que hay dentro en nuestra carpeta de trabajo. Una cosa hecha.
Para encriptar uso AxCrypt, que se baja desde la página de Axantum. Este lo instalamos y santas pascuas, pero una vez hecho conviene que nos apuntemos la ruta (dentro de Archivos de Programa) en que se ha metido. Será algo como Axon Data\AxCrypt\1.6.4.4\, aunque posiblemente cambie el número de versión. ¿Apuntado? ¿Seguimos? Seguimos.
Ahora viene el script en sí. Abrimos un bloc de notas, copiamos el texto (me resisto a llamarlo código) de abajo, lo modificamos con nuestras cosas y lo guardamos en nuestra carpeta, pero ¡ojo!: con extensión BAT. En mi caso, «sube.bat».
:: Cutrearchivo para automatizar copias de seguridad encriptadas@echo off
echo -
echo Adquiriendo archivos
echo -
copy c:\users\manu\documents\archivaco1.odt
copy c:\users\manu\images\archivaco2.jpg:: Aquí, obviamente, hay que poner todos los archivos que
:: queráis tener a salvo. Uno por línea, vale usar comodines.echo -
echo Copia de seguridad local
echo -
copy archivaco1.odt e:\
copy archivaco2.jpg e:\:: Igual que antes, una línea por archivo. Para la copia
:: local no estoy encriptando, no tendría mucho sentido.
:: Cambiad el e:\ por la letra de unidad.echo -
echo Comprimiendo
echo -
7za.exe a curro.zip archivaco1.odt
7za.exe a curro.zip archivaco2.jpg:: ¿Hace falta que lo diga?
echo -
echo Encriptando
echo -
"%ProgramFiles%\Axon Data\AxCrypt\1.6.4.4\AxCrypt" -b 2 -e -k "CONTRASEÑA" -z curro.zip
"%ProgramFiles%\Axon Data\AxCrypt\1.6.4.4\AxCrypt" -t:: Ojito. Aquí hay que poner la ruta correcta al sitio
:: donde se ha instalado el AxCrypt y decirle la contraseña
:: que queremos para encriptar.echo -
echo Copia de seguridad remota
echo -
ftp -s:com_ftp.txt TUSERVIDOR.COM:: Luego hablamos de com_ftp.txt. Ahora
:: hay que darle el nombre de tu servidor.echo -
echo Limpiando
echo -
del curro-zip.axx /q
del archivaco1.odt /q
del archivaco2.jpg /q:: Curro-zip.axx lo hemos creado ahora. Además, borrad todos
:: vuestros archivos. Dejad el /q, que si no es un coñazo.echo -
echo -
echo Adoremos a Manu. Manu es dios.
echo -
echo -
pause
Ya casi. El problema es que estamos usando el FTP que viene con Windows, parecido a un videojuego conversacional del año de la pera. Hemos de crear un archivito (también de texto) con las cosas que queremos que FTP le diga al servidor. Abrimos un bloc de notas, pegamos lo de abajo, lo arreglamos y guardamos en nuestra carpeta con el nombre «com_ftp.txt».
USUARIO
CONTRASEÑA
cd /currele
pwd
binary
put c:\users\manu\batch\curro-zip.axx
close
quit
Si no habéis creado directorio específico en el servidor para esto, borrad la tercera línea. Y obviamente, el «put» tiene que llevar detrás la ruta hasta el archivo creado por AxCrypt. Si todo ha salido bien, estamos listos. Solo falta probarlo y, si funciona, poner un acceso en el escritorio a sube.bat o, mejor, incorporar la carpeta Batch a la ruta de Windows para llamar desde línea de comandos o el botón inicio de Vista, que es lo que yo hago.
¿A que os ha entusiasmado?