Me mudé hace tiempo desde mi cuenta de correo electrónico de la universidad. Salí por la puerta, se lo dije a todo el mundo y me instalé en mi flamante y nueva casita de Gmail. Volvía a la casa vieja en ocasiones, por si alguien no se había enterado de la mudanza o para rebuscar, tropezando entre los trastos viejos, algo que necesitara en el momento. Con el tiempo, por comodidad, se me ocurrió poner un papelito en la puerta avisando de que todos los mensajes nuevos tenían que reenviarse a mi nuevo hogar. Y no mucho más adelante, a base de responder desde la dirección nueva, fui notando como se cerraba el grifo de gente que, sin saber de mi mudanza, me buscaba donde no era. Sin embargo, me resistía a echar el cierre. Mis trastos viejos seguían allí: cartas antiguas que no quería malcopiar con dos dedos en el bloc de notas, viejos comentarios de este blog en post-its de la nevera vieja, incluso algún trasto grande que otro, de esos a los que coges cariño. La tarea de ir enviándolos uno por uno a mi nueva dirección se me hacía más cuesta arriba que comerme el Himalaya a cucharadas, así que la iba dejando pasar.
Pero por fin GMail ha abierto al gran público su servicio de pescar el correo POP3 de otras cuentas, así que aquí es donde una mala metáfora se convierte sin previo aviso en una especie de batiburrillo técnico sobre servidores de correo en internet. Básicamente, si le das tu nombre de usuario y contraseña para otra cuenta POP3 en cualquier otro servidor, GMail es capaz de conectarse, pescar los mensajes que haya allí y traérselos todos de golpe. Además, irá comprobando periódicamente si hay emails nuevos y se los traerá también cuando los encuentre. (Lo más que ha tardado entre comprobación y comprobación han sido unos 35 minutos.) Las ventajas son obvias: (1) GMail tiene tal capacidad de almacenamiento que ni se entera de la avalancha, por muy saturada que esté la otra cuenta de correo; (2) Tener los correos en GMail implica poder hacer búsquedas muy efectivas, y sin tener que molestarse en abrir sesión en ninguna otra parte; (3) buen filtro antispam, aunque -todo hay que decirlo- me diera un falso positivo el otro día; (4) gracias a la búsqueda de Google, la faena de etiquetado para listas de correo y demás me llevó como un cuarto de hora; y (5) adiós a la preocupación por perder los mensajes cuando me cancelen la otra cuenta, y adiós al terror de reenviarlos todos manualmente cuando eso esté a punto de ocurrir.
La única desventaja que se me ocurre es que el obligatorio paseo nostálgico por el viejo buzón con la nueva tecnología me llevó bastante más tiempo que los veinte minutos técnicos necesarios para poder darlo. Y las pocas veces que empleo algún tiempo en releer cartas viejas acabo yéndome a la cama con la impresión de haber echado horas y horas a perder. Porque a ver quién se para una vez empezado.
Quien no quiera una explicación en modo profesor de escuela de como enganchar sus otras cuentas de correo desde GMail, mejor que no siga leyendo.
Una pequeña advertencia antes que nada: Hotmail y, según tengo entendido, la mayoría de servicios gratuitos de correo web, no permite el acceso por medio del protocolo POP3. Si lo hicieran, significaría que podrías descargarte los mensajes a tu ordenador de golpe y, por tanto, no ver los estupendos anuncios de su página web. Así que los usuarios de Hotmail tendrán que fastidiarse y seguir reenviando su correo desde su otra cuenta a la antigua usanza. (O comerse la cabeza estableciendo un puente en su propio ordenador, pero no trataré esto aquí.) Dado que GMail sí permite el acceso vía POP3 y que las excepciones nunca confirman las reglas, es posible que otros servicios también lo permitan. Cuestión de mirarlo. Supondremos de ahora en adelante que puedes conectarte a tu otra cuenta de correo vía POP3.
Para empezar, hay que poner GMail en inglés de los EE.UU. porque el sistema todavía no funciona con el interfaz en castellano. (Según Google, tampoco está disponible para todas las cuentas en inglés, aunque sí lo está para todas las mías y también para una recién creada, así que seguramente lo tendréis.) Si lo único que os interesa es recuperar emails antiguos siempre podéis volver después al castellano, aunque con ello GMail dejará de buscar periódicamente mensajes nuevos. Se hace en Configuración, pestaña General, y no creo que tenga gran complicación. Hay que elegir la opción English US: tampoco funciona con el inglés británico. Dadle a "Save Changes" y Gmail volverá al buzón, ya en inglés estadounidense.
Ahora la Configuración se ha convertido en Settings, pero allí es donde tenéis que ir de nuevo. En la pestaña Accounts (cuentas) deberías ver el enlace "Add another mail account" (ojo, que no es lo mismo que "Add another email adress").
Pinchadlo. Os saltará una ventanita donde se os pide que introduzcáis la dirección de email de la que queréis pescar el correo, así que ya sabéis lo que hay que hacer. Pinchad "Next step" a continuación y GMail os pedirá unos cuantos datos más:
Gmail os está preguntando ahora si os interesa poder enviar mensajes desde GMail pero haciendo que parezcan provenir de vuestra otra cuenta de correo. Si decimos que nos da igual, hemos terminado. Si decimos que sí, nos enviará un email a la otra cuenta para que confirmemos (pinchando en un enlace) que de verdad nos pertenece, lo cual es bastante absurdo porque ya se está bajando mensajes de allí gracias a nuestra contraseña, pero qué le vamos a hacer. Una vez superado el trámite, podremos enviar correos desde GMail utilizando nuestra antigua dirección, además de recibirlos.
Finalmente, recordad moderar el tiempo de relectura de emails antiguos si os ponéis a ello. Más de una hora de nostalgia seguida nunca es sana.
Espero que esto sea útil para alguien, porque de lo contrario acaba de convertirse en un firme candidato al rato más absurdo que me he pasado jamás delante del ordenador. (De momento se lleva la palma este otro.) Lo cierto es que no pretendía ponerme tan en plan didáctico, pero simplemente hay veces en que no puedo evitarlo.
Buenas noches.
Acabo de recibir un email en inglés con una interesante proposición económica por parte del doctor Abdu Samu, responsable del departamento de Cuentas y Auditorías del African Development Bank con sede en Ouagadougou, Burkina Faso. Pese a que se me pide que mantenga secreto su contenido, dudo que la difusión que pueda alcanzar en este humilde blog vaya a perjudicar nuestros intereses empresariales comunes. Traduzco del inglés.
Tuve la enorme fortuna de encontrarme con los archivos del fallecido cuando organizaba los antiguos ficheros abandonados de los clientes de 2003-2004 para enviarlos a la gestoría con el objetivo de buscar documentación. Se refleja claramente en nuestra POLÍTICA BANCARIA EXTRANJERA [...] que si tales fondos permanecen sin ser reclamados por algún FAMILIAR DIRECTO durante SEIS (6) años desde la fecha de la muerte del titular, el dinero será transferido a la TESORERÍA DEL BANCO como fondos sin reclamar. Por otra parte, la ley no permite que nuestro banco se ponga en contacto con ningún ciudadano de BURKINA FASO para que reclame los fondos.
Por tanto, la solicitud de usted como extranjero es necesaria para dicha petición y para la transferencia directa de los fondos a su cuenta bancaria, como FAMILIA DIRECTA del fallecido. Cuando los fondos se transfieran a su cuenta, el CUARENTA POR CIENTO (40%) será para usted por su ayuda [...], mientras que el SESENTA POR CIENTO (60%) será para mí. Si está seguro de su integridad, valía y confidencialidad, respóndame con los datos necesarios para la transferencia y contacte conmigo para que pueda hacerle saber los pasos necesarios para llevar a cabo inmediatamente esta transacción. Me mantengo a la espera de su respuesta urgente.
Mis mejores deseos para usted y su familia,
DR ABDU SAMU
Estimado doctor Samu: Le agradezco su interés y las condolencias que sin duda olvidó incluir en su mensaje por la muerte de mi tío abuelo lejano (guiño, guiño) Komoé Fulani. Estaré encantado de reclamar su herencia, aunque admito que desconocía hasta el momento la acomodada situación económica de tito Komi. Por desgracia, en estos momentos no estoy en situación de utilizar ninguna cuenta bancaria en España por culpa de ciertas irregularidades que me atribuyó injustamente la Comisión Nacional del Mercado de Valores durante la OPA con que la empresa de la que soy Presidente y CEO, Cagontó Enterprises, adquirió el control de Grefusa y Sugus, multinacionales de las que usted seguramente ha oído hablar.
Para llevar a cabo los distintos sobornos necesarios para salir del pequeño atolladero en que me encuentro, necesitaría disponer de cierto capital líquido y no sujeto al control estatal: digamos TREINTA MIL EUROS (30.000 €) contantes y sonantes. En el momento en que usted me haga llegar de forma discreta dicha cifra, insignificante para los números que solemos manejar usted y yo, estaré en condiciones de reclamar la herencia de mi querido (guiño) tío abuelo Komoé. Por favor, póngase en contacto conmigo a la mayor brevedad posible y le haré saber cómo puede enviarme los fajos de billetes.
Permanezco a la espera. Mis mejores deseos para usted y su familia.
Señores, señoras, parece que es oficial. A falta de dos grupos por confirmar, el cartel del Viña Rock 2007 es el siguiente:
Lo más notable (aparte de sustituir Sepultura por Soulfly y la reunión de los Pata Negra ni se sabe cuántos años después) es el cambio de lugar del festival: durante los diez años que lleva funcionando se ha hecho en Villarrobledo, Albacete. Este año, por lo que parece, se les ha quedado pequeño. Es cierto que cada año había más gente en el Viña y la masificación empezaba a hacerse incómoda, sobre todo en conciertos multitudinarios como el de Soziedad Alkohólika; y llevaba años rumoreándose que iban a llevarse el festival de allí. Se dice en el foro de Maneras de Vivir que quizás sea precisamente la presencia de S.A. en el festival el detonante para el cambio de localidad, pero me extraña que Villarrobledo se niegue a acoger el festival y Benicàssim, gobernado (de aquellas maneras, todo hay que decirlo) por el PP y la Asociación de Residentes de Benicàssim, no tenga ningún problema. Extraño. Será otra cosa.
El caso es que este año toca recinto nuevo, zona de acampada nueva y pueblo nuevo. Yo vivo en Castellón, que está a un cuarto de hora en coche de Benicàssim, y se me va a hacer rarísimo no desplazarme hasta la provincia de Albacete para el fin de semana del 27 de abril. Le había cogido cariño al pueblo, e irónicamente me sentía más como en casa en Villarrobledo que como creo que me sentiré en la zona de acampada del FIB, teniendo la ducha y mi cama en casa de mis padres a un cuarto de hora en coche.
Del recinto de festivales no puedo hablar porque no he entrado al FIB en mi vida, pero de Benicàssim si sé un par de cosas. Las obvias: playita relativamente cerca de los conciertos, pueblo turístico en verano. Pero claro, hay más. Que nadie se espere que le vendan hielo en casas particulares como ocurría en Villarrobledo. Que nadie se espere que los precios de los bares y restaurantes no estén inflados mientras dure el festival, ni muchísimo menos bocatas a precios populares. Benicàssim, en semana santa y verano, se convierte en ciudad-dormitorio de Castellón y refugio de turistas principalmente madrileños, pero durante el resto del año es un pueblo muy tranquilo (algunos dirían que muerto) y aprecia considerablemente esa tranquilidad. En otras palabras, pese a la considerable entrada de dinero que va a suponer un segundo festival grande, dudo que los vecinos vayan a ver con muy buenos ojos que las calles se llenen de drogadictos greñudos y rockeros. Se tendrán que fastidiar, claro, pero la típica escena de punkis bailando en la calle, bebiendo bricks de vino y hablando con las abuelitas que pasan a las 10 de la mañana atraerá, con toda probabilidad, la atención de la Policía Local. Y esa es otra: las abuelitas de Benicàssim no son como las de Villarrobledo. Ya descubriréis a qué me refiero.
Algunos aspectos prácticos:
Me lo he pasado de maravilla estos últimos seis años en Villarrobledo. Esperemos que Benicàssim no defraude demasiado.
No fumes. No bebas mucho. Haz deporte. Come sano para no estar gordote pero tampoco te obsesiones demasiado con el tema, no vaya a ser que acabes anoréxico. La única droga, el cortadito con sacarina de media mañana. Ah, y nada de volver a casa de noche después de las tres y media, que los vecinos quieren dormir y al día siguiente no hay quien te aguante. Sabios consejos de madre preocupada y protectora para su hijo quinceañero. Y ahora, gracias al gobierno monjil que nos ha tocado en suerte, señoras leyes que nos hacen la vida ese poquito más invivible.
No hace tantos, tantos años, en mi instituto de secundaria vendían cerveza. Si alguien tenía pensado echarse las manos a la cabeza, que se espere, porque también servían carajillos. Podías saltarte las clases y pillarte un medio-ciego mañanero siempre que no fuese demasiado escandaloso, o salir por la puerta para acabar de liarla en los bares de alrededor. Y, aunque yo no sea muy buen ejemplo de integración social porque no tengo coche ni hipoteca ni quiero currar más de media jornada si no es totalmente necesario, la gente salió bastante bien de allí. Por la noche había máquinas de cerveza en la estación de autobús y las gasolineras vendían botellas, tabaco y papel de fumar (creo que esto último aún les está permitido, pero tiempo al tiempo). Y pese a tantas aberraciones tremendísimas, no había mucho más caos ni desparrame en las calles que ahora, principalmente porque los bares abrían hasta tarde y ahí fuera hace frío. Llegabas a casa y al día siguiente le contabas a tu madre que te debió sentar mal la copita de vino que tomaste en la cena, que en la discoteca había mucho humo y que la risita floja de cuando tropezaste con la maceta al entrar en casa eran gritos de dolor contenidos para no despertarla. Tú tranqui, mamá, que yo estoy bien y sé lo que hago.
Pero ahora prueba a explicarle a un policía (cabreado por tener que trabajar de noche) que este cubata no es tuyo, que se lo estás aguantando a un amigo. Cuéntale al gasolinero que solamente quieres el pack de seis cervezas (a euro largo cada una) porque se te han acabado las de la nevera, y que si te las vende te vas derechito a casa a bebértelas. Razona con la ministra de sanidad para que entienda que no hay ninguna necesidad de molestar al camarero de un bar con su mando a distancia cada vez que quieres comprar tabaco, y que la prohibición de vender Camel en las gasolineras y los kioskos es una soberana gilipollez.
Nos vemos en esta situación por culpa de varios gobiernos (el central y, al menos en tierras valencianas, el autonómico) que creen que la población está compuesta íntegramente de quinceañeros descerebrados que se autodestruirán a base de licor a la primera de cambio. Y, lo peor de todo, que creen que no debe permitírseles hacerlo si les apetece y que no hay nada como una buena regañina. Madre no hay más que una, pero gobiernos (y policías que les ríen las gracias) hay para hartarse. Mi madre puede opinar sobre cómo vivo mi vida; mi gobierno debería desvelarse para que pueda vivirla como me apetezca. Mi padre puede ser paternalista conmigo; mi gobierno puede meterse el paternalismo allí donde el sol no brilla. Hace poco que Gaspar Llamazares, en un arranque de genialidad poco propio, ha dicho que hay que "combinar mejor" los elementos preventivos y los coactivos de la futura ley. Pero se queda corto: yo creo que el buen whisky, igual que la prevención de cualquier vicio, o se toma solo o no se toma.
Pero a la mojigatería del gobierno ZP ya voy acostumbrándome. Lo que de verdad me repatea es que las únicas dos cosas que pueden suavizar este anteproyecto de ley que las monjitas se traen entre manos vayan a ser (1) el partido oPPortunista y (2) el vil metal, personificado en los criadores y vendedores de vino. Que por cierto, son tan mandriles como para escandalizarse porque el vino se considere bebida alcohólica y tan cabezones como para no darse cuenta de que tal vez quien no vaya a poder tomarse un carajillo después de cenar tampoco pida vino con el segundo plato. Mientras tanto el gobierno, igual que una vieja beata amargada, mira mal a cualquiera que se atreva a sonreír en misa. Y si no pasa del primer paraguazo furibundo es solamente por aquello del qué dirán.
Usted tranqui, señora ministra, que yo estoy bien y sé lo que hago. Y chin chin, que la vida son cuatro días.
Los Premios Gorrilla nacieron hace dos o tres años, cuando Antena 3 emitía su estupendo programa La isla de los famosos. Por el programa de telerrealidad circulaban famosetes venidos a menos que intentaban, a base de pasar penurias en entornos hostiles y ponerse verdes entre sí rodeados de cámaras, recuperar algo de la popularidad perdida y poder seguir aferrándose con uñas y dientes a un sueldo en televisión que les salvara de su inevitable destino: señalar los aparcamientos libres a los conductores a cambio de la voluntad en cualquier ciudad española. Por aquel entonces nuestro ídolo televisivo y ganador absoluto en todas las categorías era Ramón Arangüena. De protagonista absoluto de Osados pasó a colaborador estrella de Lo + Plus en la época dorada de Máximo Pradera, pero con la marcha de éste la chispa de Ramón se fue reduciendo hasta desaparecer por completo. Tras su marcha del programa hizo de pregonero en las fiestas mayores de varios pueblos, lo que nos indujo a (1) pensar que no tardaría en marcharse a alguna isla perdida a pasar hambre por dinero y a (2) preguntarnos cuánto tiempo tardaría en producirse dicho acontecimiento. Desgraciadamente el programa de Antena 3 terminó antes de que pudiésemos resolver nuestras dudas, pero de todos modos Ramón ocupa un lugar especial en nuestros corazoncitos y, como homenaje, queda nombrado padrino de honor de los Premios Gorrilla para toda la eternidad.
Tras muchas e intensas deliberaciones, el jurado de los Premios Gorrilla (formado por el Doctor Maligno y un servidor de ustedes) ha logrado alcanzar un veredicto unánime. Muchos son los candidatos que han quedado atrás en nuestros estrictos criterios de selección, pero el esfuerzo siempre compensa: los tres finalistas pueden pasarse cuando quieran por nuestra sede para recoger su premio, que consiste en un bonometro con sólo tres viajes gastados. Necesitamos patrocinadores para futuras ediciones, por cierto. El campeón, mejor que llame por teléfono y ya se lo enviamos nosotros si eso.
Menciones especiales sin derecho a bonometro:
Álex Casademunt (de Operación Triunfo 1, Fórmula Abierta y Los Lunnis)
Carmen Hornillos (en realidad no ha hecho jamás nada digno de mención)
Fríker Jiménez (Milenio 3, Cuarto Milenio y otros varios panfletos impresos)
Finalista: Laura Manzanedo. La conocimos como Clara, una joven de la teleserie Al salir de clase que, por supuesto, atravesaba infinitos problemas emocionales sin pies ni cabeza a lo largo de los 124 episodios que iluminó con su presencia. Apareció en el peliculón español Más de mil cámaras velan por tu seguridad y rodó dos episodios de El Comisario interpretando dos papeles distintos, además de algún que otro capitulillo de diversas teleseries lamentables. Ha ayudado en cinco ocasiones a los concursantes de Pasapalabra pero, sin duda, su aparición estelar interpretándose a sí misma fue en La selva de los famosos, un concurso de telerrealidad en condiciones extremas del que fue eliminada a la primera de cambio, pero al que volvió en un rompedor giro de guión por aclamación del público. Este hecho presagiaba una carrera llena de éxitos, pero de momento se aferra a la televisión presentando un concurso nocturno de llamadas telefónicas en una emisora local. Tiene su bonometro y todo el cariño del jurado esperándole en nuestra sede.
Finalista: Alejandro Sanz. O, según el documento que ha presentado el jurado para su lectura, El Tío Que Se Ha Comido A Alejandro Sanz. Comenzó su carrera con el nombre artístico de Alejandro Magno y una opera prima llamada Los chulos son pa' cuidarlos, pero pronto se decantó por la canción ligera para adolescentes ñoñas con un éxito considerable. Alcanzó el cenit de su carrera con el superhit Corazón partío, y desde entonces se ha enganchado como una ladilla al sol que más calienta (The Corrs, Shakira, la SGAE) para mantenerse en el candelero. En internet se han reunido más de 236.000 firmas para que deje de cantar, y parece que va camino de hacerlo. Sus cada vez más frecuentes apariciones en la prensa amarilla hacen suponer que no tardará en dirigir el tráfico lento de Miami a cambio de lo que lleve suelto, señora.
Campeón Absoluto de 2006: JOSÉ MANUEL SOTO. Poco hay que decir sobre este gran hombre que no sepa ya cualquier ciudadano medio con dos dedos de frente. Saltó a la fama musical con discos como Solo faltas tú o Al son de Machín, y a la fama televisiva con apariciones en espacios de renombre como VIP Noche, ¡Hola Raffaella! o Bellezas al agua. Tiene una página propia en la Internet Movie DataBase, pero sorprendentemente no en la Wikipedia. El Premio Gorrilla 2006 recae en este personaje por sus acertados y soberbios publi-reportajes sobre la paletilla de jamón ibérico (con chorizo, vino, jamonero y cuchillo de regalo) que tantas madrugadas han acompañado a los noctámbulos. Gracias a él toda una generación está memorizando las bondades del cerdo ibérico, su cuidado proceso de selección y las razones por las que la paletilla es mejor que el jamón de siempre. Sirva este premio como reconocimiento y agradecimiento a su continuada labor de entretenimiento, que esperamos que próximamente continúe en los semáforos de alguna ciudad española.
Y con esto y un bizcocho, queda inaugurado el plazo de presentación de candidaturas para los Premios Gorrilla 2007. Dentro de un año o así, si el jurado se acuerda de emitir otro veredicto, en su weblog favorito.
(Las letras de zombis se pueden encontrar en http://e-zombie.com/. No entiendo cómo es que no las usa todo el mundo.)
Ha costado, pero está hecho. Jingo, el próximo libro de Terry Pratchett que saldrá en castellano después de que Papá Puerco lo haga el 16 de febrero, está revisado. Acabo de hacer el último tachón (pequeño) en el último párrafo de la última página de la traducción. Y, aunque faltan tres frases hechas, cuatro nombres y un par de referencias por investigar y arreglar, el trabajo está hecho.
Dicen por aquí que faena feta fa goig, es decir, que da gusto tener el trabajo terminado. Y es cierto que da gusto, sobre todo porque es tu yo del pasado, y no tú, quien se ha dejado los cuernos y por una vez puedes hacer piña con tu yo del futuro para reírte de ese mamón y relamerte ante lo despejado que tendrás el horario próximamente mientras le enseñas el dedito.
Tiempo libre por delante. Casi no me lo creo. Me parece que voy a gastarme las primeras horas en echar una cabezadita. Deseadme felices sueños.
(Voto a bríos, que es su título definitivo, se puede comprar en CasaDelLibro.)