El feed de este blog nunca había funcionado demasiado bien. Hasta no hace tanto, si alguien se suscribía a No Siga Leyendo, solamente veía en su lector preferido un pequeño extracto de cada entrada. Ni me di cuenta hasta que Manuelvh (el artista antes conocido como Hombre de Uel) hizo aquí un comentario sobre publicar o no los feeds completos, y entonces me eché las manos a la cabeza e hice una chapucilla: decirle al sistema que hiciera enormes los resúmenes, de forma que cupiera en ellos la entrada entera.
Pero seguían sin tener ningún tipo de formato. Ni saltos de línea, ni enlaces, ni imágenes, ni vídeos, ni nada. Ladrillacos de texto (entero, eso sí) que dolían a la vista. Eso hasta hoy, cuando se me ha ocurrido lo que debería haber pensado hace tiempo: trastear con la plantilla que publica el feed y decirle que, en lugar de meter el resumen, meta la entrada entera. No es perfecto: no reproduce el fondo ni el tipo de letra que utilizo cuando cito textos ajenos, por ejemplo. Pero al menos es legible, y queda más o menos bonito.
Así pues, quien desee que su lector favorito le dé la brasa cada vez que a mí se me ocurra alguna chorrada, no tiene más que añadirle la siguiente dirección:
Os perderéis el apasionante contenido de la barra lateral, pero he de admitir que Google Reader (y supongo que también otros agregadores) es comodísimo como kiosco gratuito en línea. Y de ahora en adelante, ni siquiera tenéis por qué perderos la...
Los exámenes finales ya se avistan en el horizonte, la naturaleza humana es como es y, por increíble que parezca, yo no era el estudiante que más apuraba la fecha antes de ponerse a estudiar en serio, por lo que estos días ando liado con bastantes clases que dar. Para colmo de males, aún no he conseguido descargar una copia operativa de mi cerebro en el portátil para que traduzca por mí. Y antes de que alguien me salga con que, entonces, qué coño hago remodelando la Biblioteca de La Concha (sí, publicidad barata), diré que llevo dándole en las horas muertas desde hace más de un mes. Con todo, una vez más, los ratos libres escasean como si fueran vulgares euros recesionados.
Pero siempre es posible rascar unos minutos para responder a los divertidos e-mails masivos escritos por gente con un CI incluso menor que el de la gente a la que aspiran a engañar, y para subir aquí algunas fotos que los aplicados amigos consiguen para este blog de ustedes poniendo en riesgo su vida y salud mental. Vamos con lo primero. El siguiente e-mail ha llegado, supongo, a todos los buzones de la Universidad de Valencia (entidad desinteresada que aún no ha anulado mi cuenta, a saber por qué):
Estimado Propietario UV correo electrónico,
Este mensaje es UV de centro de mensajes de correo electrónico UV a todos los propietarios. Nosotros
Actualmente la mejora de nuestra base de datos y que está borrando todos los medicamentos no utilizados UV mensaje para crear más espacio para uno nuevo. Para evitar que su cuenta de el cierre de actualización a continuación.
CONFIRMAR SU EMAIL:
EMAIL nombre de usuario:
EMAIL CONTRASEÑA:
De correo electrónico alternativa:
De lo contrario, se hacen inmediatamente de su cuenta desactivada nuestra base de datos. nos disculpamos por las molestias que esto le cause.
Gracias
UV EQUIPO DE APOYO
De nada. Estimado UV equipo de apoyo. Este mensaje es A TOMAR POR CULO un respuesta a el mejora de su base de datos para que no me borren los medicamentos. Antes de A TOMAR POR CULO darles mis e-mails y contraseñas para evitar de que se desactive su UV base datos, necesito crear más espacio para uno nuevo. Para evitar su cierre de actualización necesito que vayan A TOMAR POR CULO confirmándome la siguiente:
CONFIRMAR SU TARJETA DE CRÉDITO
NÚMERO DE TARJETA completo:
FECHA DE CADUCIDAD y los tres últimos numeritos de la parte de atrás
PIN de tarjeta alternativa
De lo contrario serán desactivados y no se creará más espacio para los medicamentos nuevos. Me disculpo por las molestias que TOMAR POR CULO les cause.
Y, sin más, unas cuantas imágenes que no vienen a cuento. ¡Ha habido buena cosecha!
Quiero advertencias como esta en los flyers que anuncian fiestecitas de música máquina. Por ley.
Que por muy pocos recursos con que cuente la autoridad municipal, no va a dejar de meter miedo a los conductores.
Por fin. ¡Por fin! Ha costado ni se sabe cuántos traslados de jueces y demás trapicheos variados, pero al fin parece que Fabra el Intocable ya no lo es del todo. Tenía pensado dar un pequeño repaso aquí a la trayectoria del personaje, pero no iba a ser pequeño y no iba a poder hacerle justicia, como el juzgado hasta hace poco. Ni siquiera un collage con sus mejores titulares de periódico, que ha sido la siguiente idea, iba a ser cosa de un rato. Y además no quiero hacerme mala sangre en un día que, como castellonense (y que se me ponga mustio el Fadrí para siempre si miento), creo que ha de ser de alegría:
Se me podrá discutir, pero me da la impresión de que en los últimos años hemos vivido un cierto auge renovado de la literatura fantástica de calidad. Tras una época oscura y plagada de novelas cutronas inspiradas, por así decirlo, en El señor de los anillos o en los juegos de rol, parece que las nubes van dejando abiertos cada vez más claros. Siempre ha habido buenas novelas, cierto; siempre ha habido escritores en quienes se podía confiar a ciegas (Pratchett, LeGuin, Gaiman, Stephenson); siempre quedaba otro remedio que no fuera cebarse de cualquier manera con Reinos Olvidados: Drizzt Do'Urden y la manicura del terror. Pero solo desde hace unos pocos años se están publicando en castellano joyas como la saga de Geralt de Rivia, los Guardianes de Lukyanenko o la mismísima Canción de hielo y fuego, que nos permiten seguir una dieta variada y saludable.
Y la última joya que se incorpora a la colección es, claro, El nombre del viento. La primera novela de Patrick Rothfuss (más sobre el autor al final) es la autobiografía narrada de Kvothe, leyenda en su mundo a medio camino entre el héroe y el antihéroe, entre la gloria y la infamia. Kvothe, de incógnito ahora, lleva una vida pacífica regentando una posada en el quinto pino del mundo. Pero su historia le pesa demasiado como para no acceder a contársela a un personajillo llamado el Cronista, cuando este le descubre. Eso sí, el relato debe ser completo si Kvothe quiere que se entiendan sus impulsos y motivaciones, por lo que la narración durará tres días completos. Ni uno menos. El nombre del viento es el primer día de la saga de Kvothe.
En sus casi novecientas páginas (publicadas a lo bestia, en un solo volumen) se alterna la historia temprana de Kvothe, el mito, con unos breves incisos en que volvemos a la actualidad de la posada y nos vamos dando cuenta de que no son meros descansos en la narración, ni una forma de darnos a entender lo mucho que se ha desfigurado su leyenda al pasar de boca en boca; vemos que algo gordo está a punto de suceder. Pero el grueso del texto se recrea con la infancia y juventud de Kvothe en un mundo que podría parecernos típico a primera vista, ya que la magia (llamada simpatía aquí) se enseña en la universidad, los monstruos mitológicos campan casi a sus anchas y un joven extraordinario pero asolado por las desgracias se abre camino por sus propios medios. Sin embargo, tanto la magia como la vida universitaria están retratadas con voz propia, los monstruos son, al fin y al cabo, animales con su propio ecosistema –os vais a partir de risa con eso, por cierto–, y Kvothe y un tal Harry Potter no se parecen ni en el mear. Vamos, digo yo.
En breve, un librazo. Tan pronto como tuve una noche libre, devoré las 600 páginas que me quedaban de él. Y no lamenté ni por un momento las ojeras y el embotamiento del día siguiente. Leo por ahí que le cuesta un poco arrancar. Opino que no, pero incluso si fuera cierto, lo mismo podría decirse del Criptonomicón. Y lo que me alegro de haber tirado para adelante con aquel.
El libro se da un aire a la saga de Geralt, otro aire a los libros de Ursula K. LeGuin, otro a Canción de Hielo y Fuego. Pero Rothfuss es Rothfuss y nadie más: un joven profesor de literatura, comiquero, rolero y completamente desconocido que, un buen día, se propuso escribir la vida entera de un hombre y a quien muy bien podría haberle pasado lo mismo que a John Kennedy Toole. Por suerte (para él y para nosotros) no ha sido así, y ahora Rothfuss, forrado, puede permitirse hacer cosas como invitar a sus traductores a un foro privado para evitar que la caguen sin saberlo con detalles que serán importantes en los dos libros que faltan. O para echar unas risas en su blog inventando historias a las estrafalarias portadas de algunas ediciones internacionales, que no guardan relación con el texto:
Pero Kvothe estaba hecho de una madera más áspera, y sus pensamientos rondaban asuntos de peso. «Mi sombrero», pensó. «Desde luego, es puntiagudo. Pero ¿será lo bastante puntiagudo para impresionar al archiduque Isigniglidir?».
Aquella mañana había estado convencidísimo de que sí, pero Kvothe se vio asaltado por las dudas tras mirar la torre del archiduque. Era evidente que aquel hombre no se andaba con medias tintas en lo referente a objetos puntiagudos. Kvothe se preguntó si tal vez aquello también explicaría la insatisfacción que se reflejaba en la carta de la nueva esposa del archiduque. «La torre», había escrito. «Debería haberme fijado en ese primer indicio».
O emocionarse cuando ve un tráiler como este:
Que nadie se lo pierda.
Avance editorial · 18 páginas en PDF
ISBN 978-84-01337-20-8 · 880 páginas · 22'90 euros
Se puede comprar en CdL.
Actualizado 1/3/2011: Plaza&Janés acaba de anunciar que El temor de un hombre sabio, la segunda parte de la novela, saldrá en castellano en noviembre de 2011. Aquí tenéis su comunicado en PDF con más detalles.
Por si a estas alturas queda alguien en la red que no lo sepa, estos días se debate en el Parlamento Europeo una ley que permitirá, en caso de aprobarse, que los operadores de telecomunicaciones discriminen, e incluso bloqueen, el tráfico de distintas páginas y servicios en función de sus propias necesidades y no de las del usuario que paga religiosamente su cuota de conexión mes a mes. No es que vaya a servir de gran cosa, pero la gente de Hacktivistas ha organizado un sistema para que cualquiera pueda escribir directamente un mensaje a los 54 eurodiputados españoles, que se añadirá a la carta abierta redactada por ellos mismos para convencerles de que voten en contra.
Mi mensaje ha sido el siguiente:
La presente tiene por objeto manifestarle mi repulsa ante la más que probable, y reprobable, bajada de pantalones que están ustedes a punto de hacernos protagonizar a todos delante (y nunca mejor dicho) de los gigantes de las telecomunicaciones.
Cuando compro el periódico, elijo el medio que más me gusta. Supongo que coincidirá conmigo en que limitar esa capacidad de elección sería una aberración antidemocrática. Cuando llamo por teléfono, llamo a quien quiero. No tengo ciertos números bloqueados arbitrariamente. Cuando compro libros, elijo los que me interesan. En breve, la democracia que le da de comer a usted se basa en la libre capacidad de elección.
Supongo, sin embargo, que le convencerá más el siguiente argumento: el mismísimo capitalismo no es más que la competencia y la libre elección del consumidor. Y la ley que están ustedes a punto de aprobar, seamos sinceros ahora que estamos solos, consiste básicamente en lamerle las heridas a un grupo de compañías mastodónticas que no han sabido adaptarse a la evolución del sacrosanto libre mercado.
Si esto tampoco acaba de convencerle, tal vez le interese considerar qué servicios de internet de entre los que usted utiliza habitualmente podrán bloquearse gracias a la ley de marras. Y si cree que su actividad en internet no se verá afectada en lo más mínimo, lamento informarle de que no está usted capacitado para tomar una decisión como esta. Delegue en alguien que lo esté, o asesórese a conciencia, por el bien de todos.
Sin más, acepte mis más sinceros -si bien escépticos- buenos deseos para que ejerza su cargo con eficacia y responsabilidad. Atentamente,
Un año más, he sobrevivido al Viña Rock en Villarrobledo. Y ya ni me acuerdo de los que van a estas alturas. Ha hecho un sol abrasador, pero también un viento frío que no se notaba entre el público de los conciertos pero sí al moverse de un lado a otro, y supongo que ha sido el contraste entre lanzallamas y biruji el causante del catarrazo que llevo encima. Menos gente que en los últimos años, posiblemente en parte porque también había menos rock, pero más espacio para hacer el bestia en los conciertos que sí valían la pena y, sobre todo, muchísimo menos agobio en las barras.
Se ha notado muchísimo la ausencia del escenario heavy. Si en el Naranja actuaba el cachas del Bicho, Macaco o algún otro grupo del buenrollismo patrio, el año pasado se podía huir a tomar unos litros de cerveza escuchando a Soulfly, Koma o los Barón. Este fin de semana tocaba tragar con los modernitos de turno, quisieras o no. Supongo que por eso la organización colocó en el recinto atracciones de feria (barco pirata y autos de choque) y videojuegos, que no se hasta qué punto tuvieron éxito. Pero al menos la falta de elección ha servido para constatar que, si a Macaco le sobra tiempo de concierto tras interpretar su megahit Con la mano levantá, no tiene más recursos que volver a tocar Con la mano levantá. Menos da una piedra.
Me imagino que parte de la culpa de que hubiera unos 20.000 espectadores menos este año que el pasado la ha tenido también la economía en general. Tampoco vamos a cargar todos los males del planeta al buenrollismo. Se han sustituido los tradicionales tickets de bebida por moneditas de 2 y 3 euros, supongo que para evitar fraudes que, de todas formas, se han producido con las entradas. Entre el público se paseaban los Mochila Men (llegué a detectar siete al mismo tiempo), que servían litros de cerveza al mismo precio que en las barras; sus caras de cansancio daban mucha penita a finales del festival. De todas formas, como decía, acceder a las barras no resultaba nada complicado, ni siquiera entre concierto y concierto.
Parece ser que para 2010, cuando el festival cumplirá tres lustros, la organización se plantea introducir distintas novedades. La primera será un nuevo sistema de acceso al recinto, para evitar fraudes como el sucedido este año, con miles de entradas y pulseras falsas y una detención practicada ya. Aparte de eso, pretenden hacer público el cartel dentro de «cuatro o cinco meses», y no dos antes del festival como acostumbran. Eso, y que será un «homenaje al rock», lo cual espero que sea una manera oblicua de afirmar sin comprometerse demasiado que tienen la intención de reimplantar el escenario heavy, cercenado sin piedad para la edición de 2009.
Y no puedo dejar esta entrada sin mencionar que (1) por fin se han decidido a no poner la verja que impedía al público acortar el camino bajando por la cuesta hacia los escenarios; total, siempre acababa por el suelo a patadas, (2) Otra Noche Sin Dormir (Rosendo, Barricada y Aurora Beltrán) fue de lo mejorcito del Viña, y (3) que en un acto de dospuntocerismo sin precedentes, utilicé el teléfono móvil para mandar mensajitos y fotos a Twitter durante el festival, que se pueden leer en estos cinco enlaces. Si frases como «La minifaldera que ha entrado al bar ha resultado ser Bebe tras el repaso. Está buena» no merecen entrar en los anales del periodismo de guerrilla, o directamente el Pulitzer, es que el mundo está más loco que un puto Viña sin escenario heavy.