No creía que fuera a poder escribir nada hasta aquí hasta 2009 porque estoy terminando de traducir un libro a ritmo bastante serio, pero hoy, ya 31 de diciembre, me ha llegado un e-mail diciendo que Terry Pratchett será nombrado caballero mañana. El propio escritor ha comentado lo curioso que resulta sufrir el mismo destino que su personaje más celebrado, Sam Vimes, acumulando más y más honores contrarios a su propia esencia. El título más o menos completo de Sam Vimes es Su Excelentísima Excelencia Sir Samuel Vimes, igual que ahora Terry Pratchett es Sir Terence David John Pratchett, Knight. Ya no es solo que la realidad imite a la ficción, que siempre es algo alentador; es que si el karma sigue lanzándole andanadas de justicia, en otros diez años lo tenemos casi de rey de Inglaterra, supongo que muy a su pesar.
Y mientras trasteaba un poco con mis cosas de internet y pensaba en la tontería que me ha entrado con el karma desde que el doctor Maligno y yo recibimos una cesta de navidad en casa que no era para nadie y, en consecuencia, nos acabó de arreglar la tradicional pre-cena de nochebuena con los amigos, me he tropezado con esto:
No me acuerdo de cómo se entraba a las estadísticas del blog para confirmarlo, pero creo que ahora entiendo de dónde provienen algunos de los descerebrados que dejan comentarios en El puto reggaetón para que podamos seguir tirándoles cacahuetes tres años y medio después de escribir la entrada.
No sé si el karma tiene la culpa de que alguien me mande reggeatoneros al blog con los que ensañarnos a gusto o de que me entere precisamente ahora, casi por casualidad y con más sandeces kármicas en la cabeza que el mismísimo Earl, aunque sin bigote. Pero sí es seguro que, entre una cosa y otra, me voy a la cama sonriendo. ¡Feliz 2009 a todos! Menos a los reggaetoneros, claro.
No hay duda de que el programa sobrenatural de Iker Fríker Jiménez en Cuatro se va deshinchando poco a poco: hoy mismo se ha descolgado con un reportaje sobre el Titanic donde no salía ni un solo poltergeist, y aun así –gran sorpresa– le han dedicado minutos y más minutos para tratar el tema a fondo, con fotos de batiscafos y todo. Visto que a Cuarto Milenio le quedan dos telediarios, este blog de ustedes ha decidido tomarle el relevo del oportunismo descarado y convertirse en la voz de lo inaudito y lo extravagante. La nave del misterio vive ahora en internet, y ya solo necesitamos una colaboradora que comente las imágenes que envíen los lectores y haga reportajes de vez en cuando. El matrimonio, a convenir, que tampoco es cuestión de imitar en todo al maestro.
Para iniciar la conquista mediática de lo sobrenatural, nuestro colaborador Javi (que hará las veces de doctor Cabrera en la nueva nave del misterio) nos ha traído un reportaje fotográfico revelador sobre un tema que ha despertado la intriga y la imaginación de millares de investigadores de lo sobrehumano: el mismísimo Señor de las Tinieblas. Un visionario murciano pasea por toda España adviertiendo a la incauta ciudadanía de los temibles poderes del maligno:
Avisados quedan ustedes.
La nave del misterio despega, pero volverá a sus pantallas mañana mismo, con los reportajes de investigación «La Inmobiliaria Taurina» y «El Vecino Acojonante». ¡No se lo pierdan!
Hala, pues ya que parece que hoy toca día Twitter (acabo de inaugurar el de noticias del Mundodisco en http://twitter.com/amtimes), voy con el resumen asemanal de tontaditas...
Los megapremios consistían en que Dave Mustaine te llame por teléfono el día de Navidad (cosa que a mí me daría un poco de grima a menos que me cante el principio de Train of Consequences), que Chris Broderick te dé una clase de guitarra por internet y una litografía firmada por el grupo. Además de distribuir tu diseño, impreso, a todo el club de fans. ¡Cómo son los jevis! Se pueden ver las finalistas en la página del grupo. La postal ganadora ha sido la siguiente:
Y los de La 2, unos cabrones por emitir el making of con canciones intercaladas un jueves por la noche sin berrearlo antes a los cuatro vientos. Manerasdevivir.com no se enteró hasta el mismo día a las cuatro de la tarde, y porque alguien avisó que lo había leído en el foro de Barricada. Pero el disco sigue siendo un discazo.
Posiblemente la pregunta que menos a cuento viene del universo entero, sí señor. Y yo pensando que a Telecinco se le estaban terminando las ideas. ¡Gracias por una televisión de calidad!
Lo tenía traducido hace algún tiempo, cuando Colin Smythe me dio el visto bueno, pero por una cosa o por otra (en realidad, porque pasar las versalitas de la Muerte al HTML viejo de La Concha es un coñazo increíble) aún no lo había subido. Ya que estamos, también se pueden leer en PDF las 10 primeras páginas de La verdad, que sale en enero.
La secuela, por desgracia, no se llama Return of the Baobab sino El regreso del Joven Príncipe. La parió en el año 2000 el poeta argentino Alejandro Roemmer con permiso de los herederos de Saint-Exúpery, que han puesto no se qué excusa sobre los lazos del autor original con Argentina para autorizar ahora su publicación y forrarse con el negocio, me imagino. El libro narra la historia del príncipe adolescente viajando en moto por la Patagonia argentina, y está escrito porque Roemmer quiso dar a la historia el final feliz que, según él, falta en El principito. O quizá porque aparte de poeta es también empresario y vio bien claro el negocio. No es que yo sea ningún fundamentalista de Saint-Exúpery, pero sí opino que, puestos a tocar cosas que ya estaban bien como estaban, mejor atreverse con Nuevo Testamento II: ¡JC reggaetonea a muerte!
Acaba de salir la noticia en los telediarios y periódicos digitales. La Generalitat Valenciana da un paso atrás en su cruzada por la educación de calidad y ofrece una moratoria para la asignatura de Educación en inglés. Es decir, a partir de enero seguramente dejará de ser obligatorio que la asignatura Educación para la Ciudadanía se imparta en inglés, como venía haciéndose hasta ahora, y quedará en el recuerdo la bonita y dignísima imagen de dos maestros, el educador y su traductor al inglés, entrando de la manita al aula para impartir conocimientos a las masas ingratas.
A los dirigentes peperos de la Generalitat se les ha puesto el culete pequeñito, pequeñito, con la huelga general educativa que los malditos rojos de los sindicatos y asociaciones habían convocado este miércoles. Hasta el punto de que ha sido el propio presidente Camps quien se ha mostrado dispuesto a bajarse los pantalones a dos manos. No hay otra explicación, aparte del miedo, para que ahora nuestros líderes comprometan el glorioso futuro trilingüe de la juventud de la Comunidad Valenciana tras todo un año absorbiendo conocimientos en inglés. Es una lástima que todos los años de esfuerzo invertido por el PP valenciano en privatizar el sistema educativo, fortificarlo construyendo barracones y defenderlo de las destructivas ideas modernas vayan a quedar en agua de borrajas por un quítame allá esas huelgas. Vergüenza debería darles, hacer caso a los educadores, padres y alumnos mientras desoyen la sabiduría milenaria de la Conferencia Espiscopal. Y todo para tener contentos a cuatro alborotadores, impresentables y (lo peor de todo) rojos. Espero sinceramente que las urnas castiguen este cambio de camisa en las próximas elecciones autonómicas.
Font de Mora, dimisión. Pero ya.
Llevo un tiempo ya leyendo blogs de traductores. Empecé a buscarlos por curiosidad y al final, como suele pasar, me quedé con dos o tres y dejé de buscar. Pero una vez metido en el mundillo de los blogs profesionales, no pasa mucho tiempo hasta que algún enlace te lleva al blog de alguien cuyo negocio es el propio blog. Y de ahí a los blogs sobre consejos para hacer dinero con blogs, un clic.
Todos dicen lo mismo. No parecen muy difíciles de escribir. Pero me han abierto los ojos más que el TecnoVikingo. Ahora sé que cualquier blog que no se centre en un solo tema es tiempo perdido; que si no haces ping a tutiplén cada vez que escribes algo es como si no escribieras; y que si no pongo todo esto a reventar de anuncios y botones de donación, más me valdría dedicarme a vender cigarrillos de uno en uno en la puerta del colegio. Así que me he decidido a dar el salto y a convertir este blog en una máquina de generar beneficios. Pero no basta con ser uno más. Me he propuesto subir otro paso en la pirámide de la blogosfera y llegar donde ningún hombre había llegado nunca.
De ahora en adelante, NoSigaLeyendo será el primer y único Blog sobre Ganar Dinero con Blogs sobre Ganar Dinero con Blogs. Y si alguien tiene huevos, que suba otro paso más arriba. Como primer post de esta nueva y gloriosa etapa, aquí tenéis los Ocho Consejos Básicos Para Escribir Blogs Sobre Ganar Dinero Con Blogs.
1. Utiliza títulos impactantes.
Las visitas son cruciales para tu negocio. Solamente teniendo muchas visitas convencerás a tus visitas de que visitándote podrán ganar dinero con sus blogs, y así volverán a visitarte. ¿Para qué decir "Consejillo para sacar cuatro céntimos al mes" si puedes decir "Retírate en dos semanas"? Obviamente, no quieres que tus lectores aprendan el truco y te manguen visitantes, así que a ellos diles que lo importante es que sus títulos reflejen el contenido de cada entrada, para que los buscadores ofrezcan información relevante y visitas de calidad.
2. No tengas miedo de mentir, pero las medias verdades funcionan mejor.
Afrontémoslo: de todos esos pardillos que visitan tu blog porque quieren hacer dinero con los suyos y dejar de trabajar, no lo va a conseguir ninguno. Con suerte, los mejores dos o tres sacarán para chicle. Pero tú necesitas que todos tengan esperanzas. Comenta de vez en cuando lo complicado que es hacer bien las cosas y la competencia que hay, para que piensen que eres un tío sincero, pero no dejes de bombardearlos con tus opiniones sobre las nuevas tendencias del negocio bloguero que, además, puedes fusilar de otros blogs sobre productividad (igual de mentirosos que tú) haciendo unas adaptaciones mínimas. ¿Y qué hay más productivo que subir cada día una entrada o dos empleando en ello menos de un cuarto de hora?
3. Escribe tus entradas a trozos. ¡Fideliza!
Así, cada paja mental sobre tendencias en internet que copies de por ahí te vale para dos días. Utiliza cualquier excusa que te haga quedar bien para cortar el texto por lo sano al final de la primera media entrada. Dejar a la gente con la miel en la boca es el truco más viejo del negocio. No olvides recordar a tus lectores, al final, que pueden saber instantáneamente el momento en que subas la segunda parte si se suscriben a tu RSS para lo cual, por supuesto, ofreces infinitos mecanismos (Bloglines, Technorati, Google Reader). Esto último, lo de los RSS, puedes revelarlo también a tus fans (¡recuerda, la entrada donde lo expliques debe tener dos partes!) ya que, como veremos en el siguiente punto, sus lectores terminarán siendo tuyos.
4. Netiqueta + Spam = Triunfo.
La netiqueta es un gran invento. Cuando empieces a tener seguidores, no será muy complicado utilizar la excusa de la "buena educación" en internet para que te enlacen cada dos por tres. Referencias, citas, pingbacks, trackbacks. Asegúrate de que todos comprenden la importancia de las buenas maneras para evitar que internet implosione y, con el tiempo, sus lectores serán tus lectores.
Mientras tanto, tú deberías estar saltándote a la torera todas esas normas. Copia sin enlazar a nadie, o la gente pensará que los demás blogs saben más que tú. Suscríbete a los blogs de todos tus seguidores, y cada día haz lo siguiente: (1) Léete por encima lo que hayan escrito y pesca un par de palabras clave. (2) Busca esas palabras en tu propio blog. Tú estás alimentándoles la misma mierda continuamente, así que seguro que las palabras salen por alguna parte. Apúntate las direcciones. (3) Déjales un comentario: debe parecer que dices algo relevante, pero ten claro que solamente tecleas chorradas para poder decir al final que "en mi blog escribí sobre esto mismo hace un tiempo; te dejo un par de enlaces por si le son útiles a alguien". Obviamente la entrada que enlazas no tiene ni por qué tener sentido. ¡Esto es spam! Solo que lo estás haciendo a mano y no lo parece.
También puedes buscar en Google las palabras clave de tus propias entradas cada vez que las subas y repetir la jugada en los blogs que te salgan. ¡Pesca, pesca, pesca, no pares de pescar! Y sabotea a los demás pescadores: que a nadie se le ocurra seguir tu misma estrategia. Desaconséjales el spam, diles que hagan solo comentarios relevantes y valiosos cuando se metan en otros blogs y así podrán atraer visitantes interesados al suyo, no a cualquiera que pase por allí.
Y, lamentándolo mucho, debo dejar aquí la entrada por el momento. Podría escribir ya mismo los consejos que faltan –recicla tus propios textos viejos, termina todas las entradas con una pregunta, y un par de cosas más que ya veréis–, pero la calidad se resentiría porque he de marcharme en breve a una reunión nocturna de la Asamblea de Millonarios Blogueros y luego a un partido de voleibol nudista con un equipo de supermodelos bisexuales, donde yo soy el único varón. Si no queréis que se os escape la segunda parte de estos consejos (ni mis próximas y utilísimas entradas), podéis suscribiros a mi RSS, agregarme a Google Reader, a Netvibes o a MSN. ¿Qué os parece todo esto, así, en general, a vosotros?
Quienes me hayan visto últimamente –o, mejor dicho, quienes no me hayan visto últimamente– sabrán que el mes de noviembre apenas me separé de delante del portátil. Tener tanto trabajo encima ha sido la causa parcial de que vuelva a escribir por aquí, y también de que haya tenido que comerme algunas frases que solté meses atrás sobre la traducción, el autoempleo y el tiempo libre. Sigo pensando que me compensa muchísimo no tener un horario marcado y que, aunque haya meses horribles, los estupendos son más estupendos que horribles los horribles.
Pero es durante los horribles cuando uno se plantea si tal vez no habría una manera mejor de hacer las cosas. Si puede que exista alguna receta mística que evite, precisamente, pasar meses como el presente. Si no será que me busco yo solo las penas por perro y dejado. Porque toca admitir que cuando hay que echarle horas se las echo, pero jamás he sido un tipo demasiado disciplinado, por decirlo suavemente. Y otra cosa no habrá en internet, pero porno y blogs sobre productividad los hay a patadas.
Get things done es una especie de filosofía vital sobre la gestión del tiempo que se ha ido poniendo de moda entre profesionales, autónomos y otra gente de mal vivir. Promulga, en pocas palabras, lo que su propio nombre indica: si hacemos las cosas en su momento, no tendremos que hacerlas más adelante. Si no tenemos la cabeza llena de proyectos sin terminar zumbando por ahí, disfrutaremos más el tiempo de ocio y, ya que estamos, haremos hueco para otros proyectos nuevos. Esta entrada del blog de David Santo (no, este Santo no, su hermano) fue la primera que leí sobre el asunto y la que mejor explica los principios y la implementación básica del método.
Pero, por muchas bondades que se le atribuyan al Get things done, de verdad que no me veo utilizando una carpeta para cada día del mes y repartiendo tareas en ellas desde una bandeja de entrada general. Ni abriendo cada día la carpeta correspondiente y acometiendo las tareas que contiene, sobre todo porque muchas de ellas serían trocitos de papel donde se leerían mensajes sublimes como "compra maquinillas", encargos como "organiza la fiesta de Bego del viernes" u obviedades como "traduce ya y deja de escribir tontadas". Por alguna razón astrológica, los meses en los que más trabajo oficial tengo son también los meses en que más asuntos varios quiero atender, y mi sistema de prioridades es más intuitivo de lo que, según el método de marras, debería ser. Pero me gusta así, con lo que posiblemente los papeles terminarían pasando por diversas carpetas diarias a medida que voy posponiendo las tareas porque veo que existen otras más urgentes, como por ejemplo probar el Guitar Hero 4. A la larga, papeles, carpetas y bandeja de entrada terminarían convertidos en una buena hoguera en el salón, que hace un frío del carajo y con los dedos congelados no se atinan bien los solos con la guitarra de plástico.
Pero sí me he quedado con algo. Que la forma de trabajar no cuadre conmigo no quita que la filosofía de fondo pueda llevar algo de razón. Es bueno tener escritos en alguna parte los asuntos pendientes para que no den por saco en la mente y, al menos en mi caso, para que la gente no me ponga la cara demasiado roja por descuidado. Ya me ocupé en su momento de que todo el mundo sepa que debe recordarme varias veces las cosas para que las haga, pero eso no soluciona el problema: mis tareas residen entonces en otro cerebro humano, que obviamente no está diseñado como un disco duro ni como un despertador. Y las culpas por no cumplir residen en el mío, que tiene mejores cosas que hacer como alimentar su propio caos. El Get things done mantiene que uno de los pilares del ocio es saber a ciencia cierta que no se tiene nada que hacer; yo diría que en realidad es parte de la felicidad general en la vida. Pero también lo es dedicar el mínimo tiempo posible a la organización.
He probado varias soluciones, pero tiendo a perder los papeles y a dejarme por ahí los cuadernos. Tener un documento de texto en el portátil es una solución demasiado poco portátil y los calendarios en línea me resultan demasiado incómodos y estrictos. La semana pasada vi por fin la luz en la web de Remember the Milk. Personalizable hasta el extremo, útil, sin chorradas y, sobre todo, cómoda y fácil de sincronizar. Y lo más importante de todo: no agobia a menos que se lo pidas explícitamente. Remember the Milk vive desde la semana pasada una existencia doble en la barra lateral del portátil y como gadget en la cuenta de GMail por si no llevo el cacharro encima, y se nota. Vaya si se nota. Al final no quita de hacer las cosas, claro. No quita de darle al botón de "Posponer" de vez en cuando. No es ninguna panacea que logre convertirte en un super saiyajin de la productividad, ni ganas que tengo de serlo. Pero sí es una manera bastante óptima de quitarle trabajo y agobios al cerebro y, aunque yo siga sin tener las cosas hechas, sí me ayuda a tener algunas cosas hechas. Por ejemplo, a que saque dinero a propósito antes de aparecer por las tascas este jueves y Moragorh pueda cobrar las botellas de pacharán que me trajo del lejano norte, porque de lo contrario se me iba a vaciar el bolsillo entero en cervezas como que me llamo Manu. Aunque esta última tarea no me la haya apuntado en ningún sitio.
Esencia oscura, como buena parte de las novelas de Tim Powers, es un relato de fantasía histórica. Eso para quien le guste poner etiquetas a todo lo que se menea, claro, porque en realidad toda la fantasía es fantasía y, si me apuras, ficción y punto. Pero el libro tiene una buena cantidad de elementos sobrenaturales que Powers utiliza para dar una explicación alternativa al asedio de Viena de 1529, así que tampoco vamos a ponernos demasiado quisquillosos y aceptaremos "fantasía histórica" como género literario.
El protagonista de Esencia Oscura es Brian Duffy, un mercenario irlandés que, tras un fugaz encontronazo con unos matones en Venecia, acaba viajando a Viena por encargo de un anciano, que considera que Duffy será el segurata ideal para la taberna que posee en la capital austriaca. No pasará demasiado tiempo antes de que el irlandés empiece a comprender que ni el anciano es un simple empresario tabernero ni tampoco él mismo es un simple mercenario del siglo XVI.
Al igual que en otros de sus libros posteriores, Tim Powers hace que su personaje protagonista las termine pasando canutas a medida que avanza la trama, y que descubra poco a poco que ni de lejos está en posesión de su propio destino. La ciudad de Viena está a punto de sufrir el ataque de las tropas otomanas, nominalmente a las órdenes de Solimán el Magnífico, pero lo que está en juego con el asedio no es solo la ciudad, sino la propia seguridad mágica de todo Occidente. Y Brian Duffy tiene en su interior la clave para hacer que la eterna batalla se decante hacia un lado o hacia el otro.
Esencia oscura es muy disfrutable y entretenida. Salen vikingos, lo cual siempre es un punto a favor de cualquier novela. El asedio parece tratado con lógica, ya no solo por el rigor histórico que le supongo, sino por comentarios como que las tabernas son un negocio próspero en cualquier ciudad asediada, ya que los soldados necesitan el alcohol más que el aire. Mantiene un ritmo extremadamente ágil que deja al final con la sensación de que no le habrían sobrado cuarenta o cincuenta páginas más, no para detallar mejor el trasfondo vienés de la época (agradezco muchísimo que Powers utilice los datos históricos sin embutirlos de cualquier manera en el texto ni intentar lucirse con ellos como hacen muchos otros autores históricos), sino para zanjar un par de hilos argumentales que no terminan de quedar cerrados al llegar al "Fin". Aunque, dado que está enfocada como una novela de acción con toques sobrenaturales y cerveceros, es muy posible que dejar parte de la mística sin explicar del todo sea el plan de Powers desde el principio. Aun así, a mí me ha dejado la impresión de que unos cuantos párrafos más no le habrían roto el ritmo, y servirían para aprovechar mejor algunas situaciones y personajes.
Esencia oscura es la tercera novela de Tim Powers y la primera que alcanzó la fama. Deja entrever algunas de las constantes que se verán en sus libros posteriores (el héroe atormentado y desconocedor de su propia identidad, la magia ligada al terreno, la explicación sobrenatural de sucesos históricos), pero es un libro mucho más ligero y con un ritmo más endemoniado que ningún otro suyo que yo haya leído. No es Las puertas de Anubis, La fuerza de su mirada ni mucho menos Declara, pero no defraudará a quien haya disfrutado con cualquiera de ellos.