31 de Mayo 2004

Copón ya, joder (2)

"Prosigue la lucha contra los peligros del tabaco en EE.UU.: será obligatorio que las tiendas de venta libre de armas se dividan en dos secciones, una para FUMADORES y otra para NO FUMADORES."

El Perich.

Como siempre cuando se cita al Perich, nada que añadir.

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30 de Mayo 2004

Su Alteza

Advertencia: Este post es tendencioso. Su único objetivo consiste en establecer una analogía entre sucesos protagonizados por la reciente Princesa de Asturias y el miembro viril del autor. (Protagonizados en distintos momentos del tiempo y el espacio, se entiende.) Este post no pretende ser ofensivo para ninguno de ellos.

Mediodía playero y soleado. Al menos ése era el plan, pese a los nubarrones que se veían por encima de las playas entre Oropesa y Torreblanca. Nuestro objetivo era el caminito que llevaba a la playa nudista, pero las recientes lluvias lo habían dejado impracticable en coche con tanto charco. Bajamos y nos pusimos la mochila a la espalda. Chapotear descalzo pierde parte de su encanto cuando el suelo está lleno de piedras, pero había que llegar. A mitad de camino caímos en que nos habíamos dejado la ensalada de pasta en alguna parte, pero había que llegar. Acercándonos a la playa empezó a chispear, pero ya estábamos allí. Hasta ahora las analogías con la boda real son casi nulas, pero empieza a mascarse la tragedia. No se vayan todavía.

Extendimos las toallas. La playa estaba casi desierta porque, admitámoslo, no era precisamente el mejor día para estar en pelotas a la intemperie. Sus otros dos únicos ocupantes hicieron gala de sabiduría marchándose entonces, y marchándose en Patrol. Pero ya que estábamos allí, servidor se quitó toda la ropa, se tiró en la toalla, abrió una lata de cerveza y esperó su turno para fumar. Y justo en el momento en que mi amigo el calvo salió a la luz, la lluvia inició un crescendo que acabó en chaparrón poco después. Igualito, igualito que cuando Doña Letizia salía a la luz desde su coche para entrar en la catedral, justo una semana antes. Aunque debo admitir que las coincidencias terminan ahí. Dudo que mi avatar reciba nunca el tratamiento de Alteza Real (al menos en documentos oficiales), o que su regia figura sea requerida para inaugurar museos y presidir desfiles militares. Dudo que sea alguna vez la comidilla de las tertulias radiofónicas y se diga que la lluvia deslució su presencia. Pero en super-poderes para influir en la meteorología ambos -Letizia y Mirra- merecen cuanto menos igual admiración. Y más a mi favor si se tiene en cuenta que al recoger, ocultar mi plátano del amor y vadear de vuelta al coche, la lluvia cesó para no volver más. Pero claro, siempre ha habido clases y MiniYo nunca ha recibido demasiada atención mediática.

Con lo fino y sutil que me ha quedado el post, me pregunto si hacer un merging ilustrativo entre Doña Letizia y Kojak con el Photoshop no sería romper el encanto.
 

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26 de Mayo 2004

Una de citas

La televisión no da para mucho, nunca lo ha dado en realidad. Y que nos lo digan a quienes tenemos que mantener una emisora pública como Canal 9. Pero en ocasiones suelta perlas de sabiduría que no hay más remedio que anotar en un papel. Mis compañeros de piso y yo llevamos algún tiempo rellenando la parte de atrás de un viejo cartel para anunciar mis clases particulares y, ahora que llega la hora de renovarlo, se impone un volcado en internet para algarabía y regocijo de propios y extraños.

"A los jugadores, antes del partido, se les estimula tocando lo que hay que tocar". (Iñaki Saez, seleccionador nacional de fútbol.)

"El mar es bonito. ¡Cuántas cosas nos ofrece el mar! ¡Gracias, mar! ¡Qué bonito es el mar!". (Inés, vieja de la Botica de la Abuela.)

"Yo soy igual por delante que por detrás". (Eugenia Santana, famosilla de tres al cuarto.)

"Estoy aquí porque dios quiso". (Mariano Rajoy, fachilla en campaña.)

"... ¿O es que la gente del PP no podemos enseñar las tetas?". (Aída Comosellame, famosilla de tres al cuarto.)

"Los problemas de la pareja no existen; el problema es la pareja". (Antonio Gasset, presentador.)

"Siempre hemos dicho la verdad, siempre, nunca hemos adulterado ninguna información". (Eduardo Zaplana, menudo tipejo, 16/03/04.)

"¡La marihuana no es sólo una droga! ¡Es la planta que va a salvar el planeta!". (Fernanda Figuera, presidenta de Federación de Amigos del Cannabis.)

"El hombre que trabaja pierde un tiempo precioso". (Salvador Dalí, genio.)

"Don Paulino López, de Málaga, casi 70 años, comedor de piedras". (Jose Mª Íñigo, presentador.)

Y finalmente una que no correponde a un exabrupto espontáneo y en directo, ni a ningún reportaje como la de Dalí, sino al guión de una serie de dibujos animados. Pero era tan impresionante que no pudimos resistirnos a anotarla. Lisa Simpson anda deprimida y Encías Sangrantes le explica la verdadera esencia del blues: "El blues no se toca para sentirte mejor. Se toca para hacer que los demás se sientan peor". Descanse en paz.
 

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24 de Mayo 2004

Volviendo

El otro día pusieron en la tele la película Cero en conducta, sobre unos chavales que se las tienen que ingeniar para acudir a un concierto de los Kiss en Detroit. Me la tragué entera, como siempre, y pensé en una vieja historia propia. Hace ya bastantes años tuve la suerte de dejarme convencer para ir a la primera edición del Dr Music Festival, cuando se hacía en Escalarre (Lleida). Cuando se hacía, simplemente. El festival tuvo su mejor cartel aquel año, pero no pudimos disfrutarlo del todo porque la manera más económica de llegar a Escalarre implicaba esperar a un tipo muy raro que terminaba tarde de trabajar y conducía una furgoneta. Se nos escapó la oportunidad dorada de ver a Sepultura en sus mejores tiempos, antes de que Max les dejara. Pero no me perdí a Iggy Pop ni casi ningún otro concierto interesante, y los había a carretadas.

Para cuando llegó el domingo, terminaron los conciertos y recogimos las tiendas de campaña, nuestra economía estaba bajo mínimos. El hombre de la furgoneta se había marchado la noche anterior (ya he dicho que era muy raro) y teníamos que volver a casa por nuestros propios medios. No nos preocupamos demasiado porque suponíamos que tendríamos la oportunidad de acercarnos a un cajero automático, y de momento nos sobraba para el autobús que iba a Lleida. Hicimos el trayecto bastante animados, alucinando con la cantidad de dinero que habíamos gastado y satisfechos de haber aprendido un buen número de juegos de beber, entre ellos la Pirámide. Para un chaval de 18 añitos, ese conocimiento es útil. Sigue siéndolo ocho años después, ahora que lo pienso. El caso es que, ya en Lleida, decidimos ir directamente a la estación de trenes para enterarnos de los horarios. Salía un tren hacia Tarragona, supusimos que regional, para el que todavía nos llegaba el dinero: incluso sobraba para comprar unos bocatas y unas latas de cerveza en el bar de al lado. Apuramos el tiempo sentados el suelo. Tras dos noches de acampada y mucho hippismo, ninguna otra opción parecía apropiada.

Tras subir al tren en cuestión con el tiempo justo, descubrimos que tenía vagón-cafetería. Maldición. Aquello no era un regional. Pero ya estábamos dentro, así que nos limitamos a procurar que el revisor no nos encontrara. Misión imposible, sobre todo teniendo en cuenta que el mejor plan que fuimos capaces de urdir consistía en refugiarnos en la cafetería y tomar alguna cerveza más. Cuando finalmente nos pidieron los billetes, sacamos inocentemente los tickets de regional que llevábamos. El revisor accedió a cobrarnos solamente la diferencia de precio, pero uno de nosotros tenía tan sólo una tarjeta que le acreditaba como hijo de pensionista de RENFE, o algo así, y le permitía viajar gratis en algunos trenes. No en el nuestro. La reserva económica nos llegaba a duras penas para pagar todo, pero no se lo dijimos al revisor. Pusimos carita de pena en lugar de hablar y finalmente se ablandó e hizo la vista gorda. Al final la tarjeta le permitió viajar gratis, aunque los demás sí tuvimos que pagar la diferencia.

Estación de Tarragona. Sin apenas tiempo de averiguar qué hacer, ni mucho menos de buscar un cajero automático, el tren a Valencia que necesitábamos se plantó en el andén. La enorme cola de las taquillas nos obligó a decidir con rapidez, y la decisión fue continuar confiando en nuestra suerte y subirnos directamente. Nos instalamos junto a las puertas, fuera de las cabinas con asientos. Nos reclinamos sobre las mochilas amontonadas y disfrutamos de uno de los Grandes Placeres: un cigarrito en el tren. Al poco escuchamos un enfrentamiento verbal entre el revisor, que ya andaba cerca, y otro grupete proveniente también del Dr Music que acabó con el empleado de RENFE expulsándoles del tren con muy malos modos por subir sin billete. Hechos a la idea de que la siguiente parada, fuera cual fuera, iba a ser la nuestra, le explicamos nuestra situación al revisor con calma. Le dijimos que pretendíamos sacar dinero con la tarjeta de Mónica (ahora mamá de una niña, qué cosas) en Tarragona, pero que no nos dio tiempo. El revisor quiso examinar la tarjeta de crédito por alguna extraña razón, pero el hecho de enseñársela pareció convencerle de que éramos buena gente, no como esos respondones del infierno que estarían apañándoselas como pudieran en la anterior estación. Sacamos todo el dinero que llevábamos encima, que ni siquiera llegaba para pagar dos de los seis o siete billetes que necesitábamos, pero le bastó. Incluso nos entregó un recibo y vino al poco tiempo a ofrecernos un par de asientos que habían quedado libres. Todos decidimos seguir en el suelo, fumando sobre las mochilas. Ninguna otra opción habría sido apropiada.

En la historia, vista con distancia, no hay nada de lo que estar orgulloso. En ningún momento corrimos peligro alguno salvo el de ganarnos alguna bronca en casa por haber tenido que esperar a tener dinero para el siguiente tren, o el de pedir al padre de alguien que viniera a buscarnos a la estación de turno. Simplemente tomamos algunas decisiones, unas rápidas, otras equivocadas, que nos llevaron por pura casualidad a nuestro destino por bastante menos dinero del estipulado. Pero cuando pisé el andén de la estación vieja de Castellón me sentía igualito que Indiana Jones, igualito que los protagonistas de Cero en conducta (aunque no la hubiera visto entonces) cuando los Kiss sueltan las primeras llamaradas. Sólo por esa sensación, aunque tampoco hubiera visto el concierto de Iggy Pop ni ningún otro, hubiera valido la pena el viaje.
 

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21 de Mayo 2004

Regalo de boda

Portada de No Solo de Rumba Vive el Hombre, de Albert Pla.Mis majestades:

Espero sabrán disculpar la tardanza en hacerles llegar mi humilde presente con motivo de sus esponsales, pero no encontraba nada digno con que obsequiar a tan distinguidas personas. No es más que la transcripción de la letra de una canción que ni siquiera me pertenece, pero me dijo una amiga que los mejores regalos son siempre robados. Sírvanse disfrutarla en tranquilidad, cuando se pase el ajetreo de todos estos días.

(Dice Germán que lo más rastrero que puede utilizarse para rellenar un post es la propia vida de uno, pero como ya tengo el recurso demasiado explotado, optaré por disfrazar una canción de regalo envenenado para que se vea lo republicano y lo guai que soy.)
 

Carta al Rey Melchor, Albert Pla.

Mi majestad: Espero no ofenderlo ni irritarlo, majestad
pero mi deseo es casarme con su hija
Quizás sea una osadía pedir la mano de su hija
no me creáis oportunista ni un playboy, mi majestad
No pretendo enriquecerme ni quiero palacios ni pajes ni yates
no quiero ser duque o tener chamberlanes no deseo aprovecharme ni robarle nada

Es cuestión de amor

Que estoy loco de amor por la princesa
entiéndalo rey mío por favor compréndalo
aunque sea soberano supongo que será humano
como el resto de sus siervos también tendrá sentimientos
yo sé que vos realmente también os cagáis y folláis y sudáis como yo esto es real
así que présteme un poquito de atención
Le hablaré fráncamente frente a frente majestad
Quizá yo no sea el yerno que soñó mi majestad
Nunca tuve dinero ni soy conde o caballero no llego ni a hidalgo ciudadano raso
mi estirpe no es noble pero mi nobleza me obliga a decirle la verdad

Sería mentirle si digo que tengo respeto por la monarquía
siempre me he cagado en las dinastías y en las patrias putas las banderas sucias
los reinos de mierda y la sangre azul

Mi majestad ahora es el real decreto del corazón mi majestad
que me arrastra y que reniegue por amor mi majestad
pues la fé mueve montañas el amor remueve el alma
Y hasta el ser más consecuente ante el amor pierde su honor

Yo por amor soy capaz de mandar a la mierda mis firmes principios de republicano
cambio de camisa y rindo pleitesía a la monarquía
Que viva el amor que me convirtió en su esbirro majestad
Sólo pensar que quisierais ser mi suegro majestad
Yo ya le adoro yo le adulo y hasta le beso el culo
le prometo ser bueno un digno yerno majestad
Si me caso me transformo como en ese cuento
aquel sapo que por un beso se convirtió en príncipe encantado
y así por un beso de su princesita
también yo me vuelvo en todo lo que usted quiera

Seré su súbdito amado su sumiso esclavo
su obediente criado su subordinado y devoto lacayo
le juro ante dios y ante el cielo y la Biblia
Que viva el rey viva el rey
que viva la monarquía

Espero que les guste.
 

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20 de Mayo 2004

[San Perro] Corolario

Sabíamos que podía ocurrir. El picoleto verde es ladino y nosotros éramos conscientes de ello, pero no creímos que acabara ocurriéndonos de verdad. Habíamos acampado más allá de la zona oficial, aunque sin haber visto ninguna indicación al respecto. Los mismos guardiaciviles nos dijeron que habían sido ellos quienes habían tapado el cartel de "Final de zona de acampada" a propósito porque la gente no cabía, aunque no pretendían que nadie plantara las tiendas tan allá como lo habíamos hecho nosotros. Lo decían como si se nos hubiera ido mucho la cabeza, yéndonos tan lejos, como si estuviera muy claro lo que pretendían exactamente al tapar la señal. Hubiera sido mejor idea que movieran la señal en lugar de taparla, aunque no se lo dijimos en el momento porque nunca es conveniente soliviantar a un picolo. Puede que confiaran demasiado en los poderes telepáticos del campista medio, aunque me inclino a creer que la explicación más sencilla tiende a ser la correcta: ni se les ocurrió.

En su visita a nuestras tiendas de campaña cerca del nacimiento del río Mundo nos explicaron todo esto, nos pidieron los DNIs y tomaron nota ("por si luego hay mucha porquería o se quema algo, ya me entiende") y nos dijeron que no era necesario que levantáramos el campamento si solamente nos íbamos a quedar una noche más. Que si venía otra patrulla les dijéramos que ya nos habían identificado ellos. Finalmente las circunstancias nos hicieron marcharnos aquella misma tarde, pero pese a las historias que se contaban nos fuimos de allí relativamente tranquilos.

Ya han llegado dos multas de 60€. No sabemos si es que están procediendo por orden alfabético y con extrema lentitud, para intimidar, y nos acabarán llegando a todos o si, de nuevo la explicación más simple, vieron tres tiendas de campaña y por tanto envían tres multas. En este último caso, a Susana tiene que estar a punto de llegarle la suya. Y el caso es que presentan defectos de forma por todas partes (no se nos multó en el momento, no se nos comunicó que se nos identificaba para enviar la multa personalizada, la señalización de la zona de acampada era deficiente, y si me apuras seguro que ni dijeron buenos días) pero no tengo muy claro si interesa recurrir las multas o si va a ser peor el remedio que la enfermedad. Las multas de la civil eran las que se pagaban y las de la local las que se dejaban prescribir, tengo entendido, aunque lo consultaré de todas formas con un proyecto de abogado. De todas formas, proceden del departamento de Medio Ambiente de Castilla-La Mancha. Bonita forma de promocionar sus parajes naturales. Lo que sí tengo claro es que todo aquello de "si viene otra patrulla decidles que ya hemos pasado nosotros" tenía un sentido oculto que se revela ahora: tampoco era plan que nos llegaran dos multas por cabeza y delito, no fuera a ser que nos planteáramos en serio lo de recurrir en lugar de pensar en el descuento por pronto pago.
 

Imagen que no viene a cuento:

Mardito roedore...

Esta va por Michael Moore.

 

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17 de Mayo 2004

Jerga

Me equivoco en muchas cosas y es hora de admitirlo públicamente. A finales del año pasado hice aquí algunas predicciones para 2004 que han empezado a caerse por su propio peso. Otras aguantan (creo que el disco nuevo de Bisbal no incluye ningún dueto con Enriquito Iglesias que lo haga aun más horrible), pero justo es reconocer que nunca hubiera pensado que el PSOE fuera a ganar las últimas elecciones. También admito que tal vez exageré un poco al pintar a Zetapé de poco menos que monjita de clausura, también aquí. Pero de lo que no tendré que retractarme es de afirmar que, a poco más de un mes de las elecciones, estoy hasta las mismísimas de la retórica de la corrección política y el buen rollito que se gasta el gobierno. El "nuevo talante" que sirve para una "regeneración democrática" me tiene harto, y no porque me parezca mal una actitud "dialogante" por parte de los políticos sino porque el movimiento se demuestra andando y no machacando consignas hasta el vómito. Que no protesto del fondo (no demasiado, al menos), sino de las formas: de la falta de variedad.

Hace unos meses traduje al inglés un artículo científico sobre el buitre leonado que habían escrito unos amigos y acaba de ser publicado. Los autores me contaban el otro día que en la revista en cuestión le habían puesto algunas pegas a mi traducción; no por incorrecta o inexacta, sino porque decían que el lenguaje era demasiado colorista. Les informaron de que en una publicación científica no hay ningún problema por repetir una misma palabra diez veces en un mismo párrafo, aunque haya sinónimos disponibles. De hecho, les informaron de que era incluso mejor utilizar todas esas veces el mismo término para fijar conceptos y no marear a los lectores. Cuando me lo contaron no me lo creía, pero en realidad este hecho explica un par de cosas: (1) que las revistas científicas tienen un pobre concepto de sus lectores si creen que un recurso estilístico tan complicado como la sinonimia conseguirá dejarles en blanco, y (2) que aburrir hasta dar pereza es un recurso válido para tatuar conceptos en la mente de aquel a quien se aburre.

Como ejercicio para casa, extrapólese el razonamiento y las conclusiones del segundo párrafo a las premisas sobre Zetapé y sus ministros que se presentan en el primero. Conclúyase que llevaba razón Un Pingüino En Mi Ascensor cuando cantaba aquello de que En la variedad está la diversión. Tiempo.
 

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Fotos

Ya he conseguido escanear algunas fotos del viaje a Albacete, esta última semana santa. Todavía quedan, pero al menos las que hay me han servido para poner en marcha un sistema propio de pop-ups para este blog, que ya le hacía falta.

Las fotos están en:
[San Perro] Tales from the crypt
[San Perro] Picoletos en el Paraíso
[San Perro] San Seacabó

Cuando el resto de gente revele las suyas, más.
 

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11 de Mayo 2004

"A hat full of sky", de Terry Pratchett

PortadaTerry Pratchett es dios, no hace falta seguir insistiendo en ello a estas alturas. Su última novela publicada, A hat full of sky, es el tercer libro juvenil que escribe ambientado en el Mundodisco y el segundo que tiene como protagonista a Tiffany Aching. Han transcurrido dos años desde el final de The wee free men y llega la hora de que Tiffany -supongo que ya nadie me echará kames por revelar que el protagonista de una novela del Maestro sobrevive a la narración-, de que Tiffany salga de casa y comience a dominar su talento para la brujería. Se ha decidido (es decir, Yaya Ceravieja ha decidido) que su instructora sea Miss Level, una bruja con dos puntos de vista sobre cualquier situación. Pero hay un par de factores que pueden complicarle la vida a la protagonista: (1) una consciencia incorpórea, un "panalero" que busca un cuerpo poderoso y fácil de conseguir, y (2) un clan de guerreros diminutos, pelirrojos y tatuados de azul, que fueron expulsados del País de las Hadas por andar borrachos a las dos del mediodía. Los Nac Mac Feegle. Que un clan de mini-ladrones pendencieros sea tu aliado no significa que no pueda complicarte la vida.

Habiendo leído ya dos títulos de la sub-serie de Tiffany Aching (y Pratchett anuncia que habrá un tercero como mínimo) no puedo evitar pensar que en parte el Hombre del Sombrero está dando la réplica a la serie de Harry Potter, y eso que no he hojeado ni un solo volumen del niño mago y mi conocimiento se reduce a parte de la primera película. Lo importante no es la varita mágica ni la escoba voladora, dice Terry. Lo importante eres tú. La magia no consiste en lanzar lucecitas de colores; la mayor parte de las veces, el simple hecho de saber más que los que te rodean, de pensar fríamente las cosas o de intuir el funcionamiento de la mente humana es lo más mágico que existe. Ayudar a la gente, trabajar duro y decirle a la tierra lo que es queda por delante de las competiciones; por delante del Qidditch, si me apuran. El mayor poder consiste precisamente en saber cuándo no hay que ejercerlo, y más de un politicucho en activo haría bien en aplicarse el cuento. Aunque claro, uno que tengo en mente tendría que aprender a leer primero.

Se da por hecho que el libro está escrito con toda la pericia de costumbre (sólo una anotación: las concesiones de Terry para las novelas juveniles empiezan y acaban con la división en capítulos, la duración menor, la nota del autor al final de la novela para explicar algunas correspondencias con nuestro mundo y algunos dibujitos de Paul Kidby entremezclados con el texto), así que nos queda hablar de la presentación. Las novelas juveniles de Pratchett, al menos en su edición en tapa dura, son una preciosidad. El dibujo de portada, el tipo de letra utilizado en las solapas (y en los extractos del libro sobre Hadas y cómo evitarlas de Miss Tick), las pequeñas ilustraciones a color que acompañan los textos, las diminutas sombras de Feegles junto al número de página, incluso la foto del autor con un bastón de calavera por puño. Impecable. Si las novelas adultas tuvieran los detalles tan cuidados, creo que no tendría ni una sola edición de bolsillo en la estantería.

Y termino con una cita, al estilo del Veti: "Había conseguido dominar las dos primeras reglas de la escritura, tal como él las entendía. (1) Robar papel. (2) Robar un lápiz."

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9 de Mayo 2004

En el Dina

Tiempo hacía ya que no me iba a dormir un sábado a las siete y media de la mañana, de día y tambaleándome por el pasillo de casa de mis padres. Y no por falta de ganas o de resistencia, sino por falta de compañía. En Castellón se ha impuesto una dinámica festiva que acaba a las cinco de la mañana (como muy tarde) dentro del casco urbano. A partir de ahí, las opciones son pagar por entrar en discotecas fuera de la ciudad o ir a casa de alguien a acabar la fiesta en paz, no vaya a ser que los vecinos tengan algo que decir. Pero no importa porque últimamente a las cinco de la mañana ya quedamos cuatro gatos en El Lugar Antes Conocido Como Arena y, cuando dejan de servir en la barra, las perspectivas de continuar la fiesta menguan horrores ante el cansancio general y la falta de disponibilidad de alcohol. No sé si es por cansancio tras una semana de trabajo, por PlayStations y partidas de rol, por pura desidia o por la inminencia de la crisis de los treinta. O por todo un poco. Pero de un tiempo a esta parte hemos pasado de ser Horda invade-garitos a simple Grupo de Infiltración. Y muchas veces, a partir de las cinco, ni eso.

Por esa razón se agradece que, de vez en cuando, haya alguien dispuesto a salir en busca de tabaco a las seis de la mañana y a acabar tomando cervezas con un servidor en el único bar (bar de verdad, nada de cafeterías o panaderías) abierto a esas horas: el Dina. Debía hacer meses que no pasaba por allí. Abuelos, un hombre de mediana edad jugando a la tragaperras después de tomar unas barretges, más abuelos y otra mesa con despojos de la noche castellonense. Borrachos jóvenes, por decirlo de otra manera. Y nosotros, con ganas de hablar y la boca seca por la escasez de cerveza sufrida últimamente. Las tapas allí no están mal si no tienes demasiadas manías, pero nos contentamos con reirnos de lo que se ponga por delante, beber cerveza a euro y concluir que los amaneceres son mejores desde un bar con ventanas que por sorpresa al salir de un tugurio oscuro, y que mañana llegaremos tarde a la torrà de sardinas que hay planeada a mediodía. Incluso tolero que comparen mis reflejos mentales con los del camarero del bar, cuyos circuitos tardan dos segundos en hacer llegar una orden simple ("una cerveza, por favor") del oido al cerebro. Así de contento estoy.

El Dina, con sus abuelos y sus camareros, demuestra cada sábado y domingo por la mañana que no hay edad para tomarse una cerveza de buena mañana, hayas dormido o no. Y a la crisis de los treinta, que le den bien dada.
 

Imagen que no viene a cuento:

Explicación del Mozilla de lo que son las cookies

Unos cachondos, estos del Mozilla Firefox...

 

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5 de Mayo 2004

Libre indirecto

Cuando no me queda más remedio que ver algún partido internacional de fútbol, y tampoco es que los nacionales me gusten demasiado, suelo ponerme del lado del equipo extranjero. Este hecho sorprende a veces a gente que me conoce poco. Ponen cara de confusión, supongo que dudando entre si soy alemán (pongamos por caso), antiespañol o simplemente gilipollas, y yo tiendo a sacarles pronto de dudas ("no, ninguna de las tres, vamos, digo yo") porque la gente se pone muy becerra con el deporte patrio. Y más todavía con el equipo patrio.

Desear que gane Alemania en un partido contra la selección nacional no tiene nada de extraño. Si lo hace, España no estará en el próximo partido y un servidor vivirá ese poquito mejor. No le llenarán los telediarios con reportajes sobre la afición esperando a sus ídolos en el aeropuerto, habrá alguna camiseta nacional menos por la calle (siempre acojonan) y sus amigos aficionados al fútbol le dejarán ver la tele en paz o saldrán en lugar de quedarse a ver el partido, según sea el caso. Todo son ventajas. "Ah, bueno, vale, es que a ti no te gusta el fútbol". Exactamente. Aunque también me da un poco de repelús tanto orgullo patrio, para qué engañarnos.

Nunca he comprendido muy bien qué hace la sección de deportes dentro de los telediarios y los periódicos. Por mucho que interese a la gente, no comprendo la razón para que el nuevo peinado del de siempre sea más noticia que, por ejemplo, el nuevo disco de Sabina. Y no digo esto porque crea que sería conveniente incluir una sección de música en las noticias, sino porque me parece aberrante que la mitad del tiempo de información se vaya en goles, entradas, fichajes y demás chanchullos. El noticiario del Plus me parece perfecto en ese sentido: no tiene sección de deportes. Admitido, los deportes (en programa aparte) ocupan más tiempo de emisión. Pero puedo esperar a las Noticias del Guiñol sin tragarme los goles de la jornada por narices.

Que tampoco es que vaya a escaparme del conocimiento futbolístico por mucho que evite los programas de deportes, pero viviría más a gusto si no supiera que el Valencia tiene todas las papeletas para llevarse el campeonato de liga, y que cuando eso ocurra no se podrá ir por la calle de tanta bandera, tanta bocina y tanta gente gritando Amunt València desde los coches como si no hubiera mañana.
 

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2 de Mayo 2004

Cosas que aprendí

... en el Viña Rock.

1. En acampadas, nunca llueve a gusto de nadie.

2. El Ciclo del Vino con Gaseosa existe. Pedir vino con gaseosa en un bar provoca un ciclo interminable: cuando se acaba la gaseosa, sigue quedando vino. Cuando se acaba el vino, sigue quedando gaseosa. Falta por averiguar si se trata de un proceso natural o está inducido por los camareros de los bares. Será el año que viene.

3. Todo el mundo conoce más canciones de Medina Azahara que las que cree.

Estoy molido pero contento. Buenas noches.
 

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